28 oct 2008

CLANDESTINO

1978-1998 | A 20 AÑOS DEL DESEMBARCO DE LOS REDONDOS EN BUENOS AIRES Hace poco tiempo se cumplieron veinte años del debut porteño de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Más exactamente, fue la noche del viernes 18 de agosto de 1978 cuando los rockers de Buenos Aires se toparon por primera vez con el grupo que dos décadas después se sostiene como el más convocante de la escena. Lo que sigue es un documento exclusivo de la génesis de la banda que mueve montañas. En la historia del debut de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota en Buenos Aires, se encuentra parte de la explicación de la vigencia del grupo platense ( allá lejos y hace tiempo, fueron un grupo hecho en la ciudad de las diagonales ) como última leyenda del rock que se toca en Argentina. En esas dos noches ( una, bah, porque la segunda se canceló ) confluyeron sobre un pequeño escenario céntrico asuntos tales como el hippismo, la persecución política, el éxodo, el happening y la nueva ola: sí, alguna vez Los Redondos fueron modernos. "Como era de suponer el concierto de Patricio del día 19 ha sido levantado porque el teatro no lo pudo soportar. Patricio lamenta que su público no pueda escucharlo por ser lo que es". Quiénes se dieron cita el sábado 19 de agosto en las inmediaciones del Centro de Artes y Música ( Cerrito 228 ), una galería céntrica con una salita de teatro en desnivel hacia el subsuelo, leyeron la aclaración escrita en letra de imprenta y urgencia de bolígrafo al pie del manifiesto que se repartía en la entrada. Escrito a máquina, el texto estaba encabezado así: "Bienvenida a Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota con motivo de su próxima actuación en Buenos Aires". Y el remate ensayaba una venganza contundente: VOLVERAN. La noche era ciertamente fría y Poly daba vueltas por la vereda con una pancarta que daba cuenta de la suspensión. Horas atrás, el show estaba programado para empezar a las nueve, la incipiente manager o algo así del grupo había cruzado con el dueño del local la siguiente discusión. - ¡No, acá me van a cerrar, esto no puede ser! - Lo siento mucho, te devuelvo el dinero, no pueden actuar.¡Haciendo lo que ustedes hacen, no puede ser! - Okey, usted nos prohíbe pero yo voy a venir a la puerta con un cartel para avisar a la gente que no se hace la función. - En la calle hagan lo que quieran...usted corre el riesgo, pero adentro del teatro...no. Las chicas del ballet ricotero (Silvia Fainbloch, Cecilia Monona Elías, María Isabel Hayworth ), el Sultán, el payaso Martínez o Mufercho y la corte de efebos repartidores de buñuelitos de ricota se volvieron esa misma noche a La Plata. La banda repartida en distintos lugares de la ciudad se quedó en Buenos Aires unos días más. Una vez que la audiencia, que a consecuencia del boca a boca mostraba un incremento respecto del día anterior, quedó anoticiada, Poly volvió al departamento de Cangallo y Montevideo, donde junto a su pareja Skay había establecido el comando de operaciones porteño de Los Redondos. "Tenés los ojos azules como un cielo", le dijo la performer plástica Marta Minujín a Eduardo Beilinson, una de las noches del Instituto Di Tella. Y así, como se diría cielo en inglés, quedó bautizado: Skay. El lugar era el epicentro de la psicodelia y el pop porteño y los integrantes de la banda platense Diplodocum Red & Brown se habían vuelto habitúes del búnker artístico de la calle Florida. Hijos de una familia acomodada de La Plata, los hermanos Beilinson ( Eduardo, Guillermo y Daniel ) habían pasado parte de la temporada 67/68 en Europa y regresaron a la ciudad de las diagonales con discos inconseguibles, el testimonio de haber visto a Hendrix en vivo y el primer amplificador mArshall que pisó la Argentina. Así Diplodocum tenía todo listo para envenenar a la gente hip de La Plata. Rocambole:" Ellos creían que nadie tenía noticia de lo que estaba pasando en Londres, entonces venían con una energía bárbara, querían desasnar a la gente. Y se encuentran con todo el concepto hippie de La Cofradía de la Flor Solar". Isa Portugheis:"Cuando se formó el Diplodocum Red & Brown yo tendría unos 19 años y Skay 16 o 17. La música era súper psicodélica. Había elementos audiovisuales, teníamos un proyector con disco de aceite, tela transparente detrás de la que había gente haciendo expresión corporal. La formación era Topo D´Aloisio en guitarra, Skay en bajo, Bernardo Rubaja en órgano y yo en batería. Cantaba Guillermo Beilinson. Con el tiempo, Skay y Guillermo se coparon con el campo y allá se fueron". El viernes 5 de noviembre de 1969 las dos fuerzas rockeras de La Plata confrontaron en el escenario del teatro Opera ( 58 y 11 ). Esa noche la organización "El cucurucho colmado de flores" presentó a La Cofradía de la Flor Solar y Diplodocum Red & Brown en un mismo escenario. Esa noche, Poly conoció a Skay. La banda formada por los platenses Carlos El Indio Solari ( voz ), Skay Beilinson ( guitarra ), Fenton y Néstor Madrid ( bajo ), Migoya ( batería ), Bernardo Rubaja ( teclados ) y el porteño Conejo Jolivet ( primera guitarra ) tuvo ensayo general el jueves 17 en el mismo escenario del Artes y Música. Alguien, dejó la canilla abierta del baño y al otro día la sala amaneció inundada. Una desgracia con suerte, bah, ya que la humedad que impregnó el piso de moquette evitó que los petardos y cohetes utilizados al día siguiente por los efebos incendiaran el pequeño teatro. Si bien la mayoría del público estaba compuesta por platenses, las fiestas de las que Los Redondos tomaban parte en el Teatro Lozano de La Plata ( 11 entre 45 y 46 ), "los lozanazos", habían tenido testigos porteños como el periodista Claudio Kleinman y Horacio Fontova, ambos del staff de la revista de cultura rock Expreso Imaginario. Ellos desparramaron el incipiente mito del grupo en Buenos Aires al tiempo que Poly y Skay expandieron la novedad del recital desde el bar Los Pinos ( Paraná y Corrientes ), entonces uno de los refugios de la bohemia. Poly:"Rocambole y Resorte Hornos hicieron los volantes y yo elegí estratégicamente donde repartirlos. Escuelas de teatro y danza, círculos de filosofía, había que tener mucho cuidado porque el momento era bravo y en La Plata ya estábamos marcados". Fenton:"Para mí fue un shock porque había mucha gente que no conocíamos.Hasta ahí siempre habíamos tocado para un público de amigos y conocidos. Por supuesto que yo pasé todo el recital con la paranoia de que afuera había un celular esperando para llevarnos". Rocambole:"La cosa en La Plata se estaba poniendo muy dura, jodida, el CNU, una concentración de derecha, se había apoderado de la universidad. La época en que empezaron a tocar Los Redondos era pleno proceso. Y estábamos todos en las listas. A mí me detuvieron dos veces. Una vez me agarró el ejército con tres integrantes más de La Cofradía, estuvimos cinco días desaparecidos y al final zafamos de pedo". Poly:"En una oportunidad nos allanaron la casa también y nosotros no estábamos. Y cuando llegamos habían roto el candado, y habían entrado, y habían dejado los pasaportes nuestros sobre la mesa. Revolvieron toda la casa. Ese fue el primer allanamiento. Después hubo otro y ahí nos vamos..." El grupo de gente conectado en nombre de Patricio Rey que bajó a Buenos Aires en agosto del 78, descendía directamente de La Cofradía de la Flor Solar y La Casa de la Luna ( un grupo comunal fundado por Poly a semejanza del anterior ). La Cofradía se desvanece hacia 1972 y La Casa de la Luna ( Poly, Skay, Guillermo Beilinson y otros ) se muda a las sierras de Tandil. Luego, el mismo grupo de gente converge en la zona de City Bell donde se instalan talleres artesanales. En el de Guillermo trabajan Fenton, Sergio Martínez y El Indio. Hacen estampados de tipo hindú. Rocambole ya tenía el suyo y además un negocio en la calle 8. Poly, en tanto, fabricaba ropa. Para entonces, Guillermo Beilinson era el líder carismático de la patota. Junto a Norman Oyermoindigui ( curioso anagrama que usaba El Indio como seudónimo ) escribía guiones para futuras películas. Fueron dos: Ciclos de cielo sobre viento y Horizontes de metal. Y así fue que desde las cenizas de Diplodocum, se armó un grupo para hacer la banda de sonido de tales filmes. El grupo que habían empezado Skay, Fenton y Rubaja rotaba de miembros continuamente, y trasladó los ensayos en el sótano del Paseo comercial Rodrigo ( 51 entre 5 y 6 ) a las fiestas que darían lugar a los lozanazos. Rocambole:" Eran un pequeño territorio liberado. Por ejemplo, se soltaban gallinas, la gente abría los matafuegos. Una noche, un actor subió a escena y, simplemente, se afeitó en público". Entre 1976 y 1977, la "patota" del Lozano emprende la diáspora. Guillermo se va a Venezuela, El Indio a la casa de sus padres en Valeria del Mar y Skay y Poly a Salta: La misión, administrar un campo de porotos y zapallos en el límite con Tucumán y Chaco. Del diario El Intransigente de Salta, jueves 5 de enero de 1978:" Por vía automovilística, llegará hoy a nuestra ciudad el omnibús que conduce al conjunto espectáculo marplatense (sic) Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Fenton:" Lo de Salta fue una gira mágica y misteriosa. Salimos de noche y me acuerdo que el micro era un Volvo al que le habían afanado la L de la marca. Al micro le decíamos el expreso imaginario, porque todos, alguna vez, habíamos caído en cana. Bueno, creo que nos pararon en todos los retenes militares que habían dispuestos en las rutas.Zafamos con la excusa de que era un viaje universitario...al final hicimos un arreglo con un tipo al que le decían El Polaco, tenía un boliche, que un poco era el lugar trampa de la ciudad. Tocamos tres veces en diez días y el tipo nos hizo hacer tres entradas por noche. El público eran básicamente cogotudos, había un subcomisario que se divertía viendo el show...rarísimo." A fines de mayo Skay consigue, al fin, el guitarrista que estaba buscando. El conejo Jolivet, un chico de pura cepa blusera que a los veinte años ya había tocado con Pappo.Quería un sonido más fuerte, decía Jolivet.Skay siempre tocó de puta madre pero quería delegar los solos y ser el director musical del grupo, dice Fenton. Como fuera, el encuentro del joven guitarrista con Poly y Skay resultó revelador... Jolivet: "Me citaron a un departamento en el centro. Me impresionó que me recibieran tomando mate. Es que el ambiente era muy reventado. Parecían provincianos, un poco. Ensayabamos tres o cuatro veces por semana. Y el cantante nunca aparecía. Yo les preguntaba, cuándo viene el cantante?.Me decían: Es el astronauta italiano. Y nada más. Me hablaban de Patricio Rey y yo me preguntaba será un gurú. Me adoctrinaron, un poco. Hasta que al final, dos días antes aparece El Indio. Un cantante calvo, con un bigote tipo cepillo y una voz aguda y áspera, absolutamente inusual para el standard de la época. Yo tampoco había escuchado las letras, porque Skay apenas si las cantaba. Eran rarísimas...y encima las cantaba este tipo vestido como de oficina que ni siquiera parecía un bohemio". Carlos Solari llegó a la comunidad que después formaría la "patota" del Lozano, como un amigo más de Guillermo Beilinson. Nacido en Entre Ríos ( al igual que varios de los miembros de La Cofradía ), su familia se había instalado en La Plata y, luego, cuando mudaron a Valeria del Mar, ocupó la casa familiar que era conocida como La Trinchera. Fenton:La primera vez que lo ví fue en una reunión y tenía el pelo por los hombros. Aunque ya se le notaban las entradas. Sin conexión con La Cofradía ni Diplodocum Red & Brown, la figura del Indio como cantante de Los Redondos sorprendería tiempo después al baterista Isa Portugheis:"Yo era compañero suyo en la Escuela Juan Manuel Ortiz de Rosas y hasta que me voy en el 74 a Europa, nunca había cantado nada". Rocambole:" En esa época vamos a vender remeras a la playa con mi amigo Paul de La Cofradía y pasamos por Valeria. El Indio Solari administraba un hotel pequeño, el Alex. Yo lo conocía poco. Hubo una guitarreada y el Indio cantaba unas baladas medio bossa nova. Ahí lo escuchamos y le decimos: Pero, che, con esa voz tenés que cantar rock." "Al fin se produjo la presentación capitalina de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, una delirante banda platense que puede llegar a sacudir el almidón de nuestra música a fuerza de rock´n´roll y buen humor",escribía Claudio Kleinman en el número 26 del Expreso. El Sultán vestido con untraje impresionante repartía los buñuelos de ricota a través de un séquito de efebos casi desnudos. Las chicas del ballet llevaban mallas estampadas con estrellas y conformaban las Superwimen.El payaso Martínez interrumpía con monólogos de inspiración dadaísta. Un seguidor de La Plata subió a escena, se quitó el reloj y lo pisoteó en el escenario.En tanto, la voz fuera de todo standard del astronauta italiano ( le gustaba ponerse un enterito blanco como usaban los de la NASA, no cuando van al espacio, sino a la oficina ) entonaba temas como Mariposa Pontiac, La Hidromedusa, Spiroqueta, y Algo escandaloso sucedió en el bazar de Wakeman & Fripp. Poly: Te imaginás el tipo del teatro cuando vió eso. Efectivamente, el tipo del teatro cuando vió eso pensó que era demasiado para el momento y decidió cortar por lo sano. Y los que se acercaron a la puerta del Centro de Artes y Música para la segunda función, se llevaron un premio consuelo: La fotocopia con la promesa escrita en bolígrafo: VOLVERAN. DÓNDE ESTÁN HOY? Uno por uno, donde están hoy los que participaron en el Artes y Música. Carlos Solari: Cantante de Los Redondos Bernardo Rubaja: Produjo el nuevo disco de Miguel Cantilo Eduardo "Skay" Beilinson: Guitarrista de Los Redondos Migoya: Vive en Bahía, trabaja en un estudio de grabación Poly: Manager de Los Redondos Néstor Madrid: También en Bahía, junto a su inseparable amigo Rocambole: Ilustrador de Los Redondos El Sultán: Trabaja en una organización de derechos humanos Fenton: Operador de Radio Universidad de La Plata Silvia Fainbloch: Es psicóloga, ejerce en La Plata. Conejo Jolivet: Guitarrista de El Soldado y guitarrista invitado de Los Redondos Cecilia "Monona" Elías: Vive en las Islas Canarias. Trabaja en turismo El Mufercho: Estudia Filosofía ( se declara estudiante eterno ) y tiene un espacio en radio Universidad de La Plata María Isabel Hayworth: Tiene un gimnasio

23 oct 2008

UN ESPEJISMO QUE NUNCA PASARÁ

Un espejismo que nunca pasará No podemos decir que esta ha sido la mejor fiesta de los últimos años porque sabemos que cada uno tiene su propia vara con la cual mide y juzga los placeres que lo alborotan. Sí podemos asegurar que fueron un par de días malditamente hermosos, con un show impresionante de punta a punta. Todo salió a la perfección, como si este buen Dios hubiese decidido darle vacaciones al diablo peor, para que la belleza de la masividad encendiera el infierno más encantador en la noche cordobesa. La murga de los renegados demostró ser la murga mejor. Había mucho... mucho en juego. Patricio Rey volvía a su tierra marcada por el estigma de ser, quizás, siempre la última de las noches. Si algo salía mal, la primera cabeza que rodaría iba a ser la del intendente cordobés, el mismo que se animó a llevar el carnaval al reino del cuarteto. El atractivo riesgo de la imperfección y la lucidez intolerable de la vigilia dispusieron los elementos necesarios para que la misa pagana se reeditara. Y no pudo ser mejor, perdimos la forma humana y nos volvimos ricota regalando un universo de emociones e imágenes que se entremezclan al recordarlas. Bengalas rojas y verdes, trapos, cantos, fervor y 40.000 sienes ardientes... todo un tesoro. Nosotros... los redonditos, fuimos ricos gratis yéndonos de la nada a la gloria. Y la banda que rajó del cielo descubrió que estas almas desangeladas le pueden mejorar la cara y arrancarles esa sonrisa de felicidad que no pudieron ocultar en toda la noche. Describir la emoción de estar presentes allí, una vez más, no puede hacerse con palabras... y eso lo pueden afirmar todos quienes hayan asistido alguna vez a un recital de Patricio Rey. En plena época de crisis y déficit cero, donde dejar la vida en un piquete no alcanza resonancia sino que se transforma en una postal mediática correctamente subtitulada, Patricio Rey y sus huestes llegan más allá de toda pugna, de toda racionalización. Y mientras los elegidos del pueblo, esos tipos felices, mueven los hilos de un país a su gusto y se llenan descaradamente los bolsillos, a costa de la diginidad y el hambre de todo un pueblo, los redonditos hemos demostrado ser el último bastión de resistencia heroica. Quizás la más clara expresión de patriotismo y fidelidad que podemos encontrar en estos días. Un mensaje ensordecedor que está atronando los nidos de aquellos que quieren robarnos la fé... entre otras cosas. SALUD a todos los que estuvieron y a quienes no pudieron estar allí, donde creció el fuego una vez más.

EL SHOW

EL SHOW REDONDO EN CÓRDOBA Existe un momento en el cual, somos capaces de olvidarnos hasta de nuestra propia existencia. Un momento en el que todos nuestros sentidos están concentrados en dar y recibir, y dejamos de lado todas las miserias e impotencias, porque nos disponemos a bailar por todas nuestras penas y soledades. Ese momento llega cuando se apagan las luces del estadio y todo el mundo grita euforizado porque sabe que su palma ha dado el destino más iluminado posible. En ese instante efímero en medio del humo y de los primeros acordes de la guitarra de Skay, siempre tendremos tiempo de recordar a quienes no han podido llegar hasta allí. Tan sólo un instante después se escuchó: Hola Córdoba!, el tibio saludo del Indio para marcar el comienzo de la noche cordobesa. En realidad, intentó el clásico ¡Holaaaa! pero falló el micrófono. Para grata sorpresa de todos, el show no arrancó con la archiconocida melodía de El Pibe de los Astilleros, sino con Unos pocos peligros sensatos lo que hizo que las bandas aullaran acompañando el "... que están tachando tu suerte!!". El Pibe vino inmediatamente después, para terminar de entrar en calor la garganta y para que todos bailaran y corearan el estribillo tradicional. Al terminar el Indio hizo público su agradecimiento a Guillermo, su doctor, "quien Decadrón mediante ha permitido que hoy esté aquí en el escenario". Morta punto com inició la presentación de MOMO SAMPLER en territorio argentino, un disco cuyos temas invitan más a escuchar y maravillarse con la Orquesta Antibalas funcionando a la perfección, sin ningún tipo de fallas musicales. Todos siguieron las letras y cantaron con el Indio. ¿Cómo los recibió Cordoba? preguntó el Indio antes de arrancar con Las aventuras del Capitán Buscapina en Cybersyberia, el único tema de Último Bondi que harían en toda la noche, y en donde el Indio marcó la primera pifiada, al reiterar la estrofa "Es amo de resacas..." en lugar de la última estrofa del tema: "No es perita en dulce...". Ya había comenzado la lluvia de remeras y zapatillas hacia el escenario cuando comenzó a sonar "Una Piba con la remera de Greenpeace", en la pirmera invocación a esas mujeres desoladas tan propias del universo Solari. Le sucedió la mágica "Pool, Averna y papusa", una canción perfecta por donde se la mire, coreada por todas las huestes. La seguidilla de canciones de Momo Sampler se completó con "El templo de Momo" y "Pensando como una acelga". El primer intermedio llegó de la mano de "Rato Molhado", casi sin darnos cuenta de que ya habían pasado nueve temas. El regreso de la banda al escenario se produjo con "Vamos las bandas", que llegó sonando desde el backstage mientras los músicos aparecían en escena. Resultá tácito describir que en ese momento se encendieron todas las bengalas y el estadio se iluminó por primera vez en la noche, dando rienda suelta al pogo y al carnaval de almas. Como se ha hecho costumbre llegaron también los rockitos "Mi perro dinamita" y "Ñam fri frufi fali frú", que fueron disfrutados y cantados por todos. (Quienes escriben esto consideran que ya es hora de que estos temas abandonen el repertorio de los shows ricoteros para dar paso a otros temas mucho más densos y emblemáticos). Cuando terminaba el tema, un zapatazo voló desde las proximidades del vallado hasta la cabeza del Indio, quién con excelentes reflejos para un cincuentón, alcanzó a esquivar a medias y logró que apenas impactase unos centímetros sobre su ceja. Si el golpe hubiese sido más abajo quizás nos habríamos quedado sin show. La reacción del Indio no se hizo esperar mucho y dijo: "¿Por qué no me buscás afuera, gil?", apuntando al responsable del hecho, mientras su humor iba en descenso y se le notaba en la cara. (Más adelante volverían los zapatazos.) "La murga de Los Renegados" nos devolvió al mundo sampleado del Momo, una canción sin fisuras y atrapante. Pero nos quedamos cortos de adjetivos para describir el siguiente tema. "Sheriff" hizo añicos la noche de cristal que estábamos viviendo con su carga poética y la presión musical ensordecedora de cada uno de sus compases. Los 200.000 watts de sonido hicieron temblar al Chateau e inclusive llegaron con sus ecos hasta la ciudad. Quizás el segundo zapatazo, esta vez totalmente esquivado por Solari, arruinó un poco el clima generado y sirvió para que el Indio definitivamente se calentara y lanzara: No somos Los Violadores, gil. ¿Por qué venís al camerino a pegarme? "Murga Purga" y "Dr. Saturno" se observaron porque daba gusto ver cómo las baterías se amoldaban y la banda cumplía con su rol musical de la mejor manera. "La murga de la Virgencita" nos trajo uno de los momentos más esperados de la noche, con esa Marita tan linda e infinita como deshauciada, que llevó a que todas las personas cantaran a la par del Indio, en especial la estrofa donde canta casi a capella. "Queso Ruso" marcó la segunda despedida de la banda con el ritual de los mandarines que cuidan las puertas del nuevo cielo. La banda regresó a escena acompañanado musicalmente a la gente que durante el intervalo cantaba "Es un sentimiento...". Allí mejoró la cara el Indio y le pidió disculpas al público por su mal humor. Y el retorno a escena no pudo ser mejor. "Nadie es perfecto" nos hizo "crack" hasta el final y "Rock para los dientes" nos llevó al éxtasis, ya que hacía mucho que no sonaba en un recital. Durante ese tema pudo verse una postal de la alegría de la banda cuando Sergio Dawi improvisó el solo de saxo con su gorrito de "2Saxos2" (¿Alguien sabe qúe tan grandes son los pulmones de Sergio?), mientras el Indio abrazado con Skay desde el otro extremo del escenario lo miraban admirados y disfrutaban el momento. El pedido de ayuda para cantar "Juguetes Perdidos" hizo que se encendieran incontables bengalas creando el marco más espectacular que pueda verse en un recital de rock. Desde la tribuna podía observarse a la multitud ricotera cantando con todas las ganas ese himno-canción-homenaje a todos los ausentes que "observan siempre desde las plateas más altas". No creemos que exista artista capaz de retratar o describir la imagen de un Chateau repleto, las huestes alucinadas con brazos en alto, y la luna de fondo sobre el escenario. Una imagen que siempre encerrará una lágrima de emoción al recordar esa noche. El tercer intermedio dejó emocionadas a las bandas, que no habían alcanzado a reponerse cuando el Indio volvió a solicitar ayuda para cantar "Preso en mi ciudad", emotiva y simbólica como siempre, para terminar regalandole el micrófono a la bandas que corearon al unísono el final como se ha hecho costumbre. Antes de iniciar un nuevo tema, el Indio se acercó al borde del escenario y le hizo una seña de buena onda a quién había estado arrojandole los zapatazos. "Noticias de ayer" cerró la cuarta entrada de la banda mostrando una canción aggiornada, con muchos arreglos que sonaron MUY bien. Después de 10 minutos de interminable espera, Sergio y Skay asomaron nuevamente ejecutando el valsecito tribunero para que todos se prendieran cantando el "Y vamos... Vamos los redondos...". El anunciado final llegó sin respiro cuando Skay arrancó con los acordes de "Jijiji" para desatar el pogo más grande del mundo... allí estaba el fin esperándonos. Al terminar el tema la banda se retira agradeciendo como nunca por esa noche hermosa, con los rostros felices y la sonrisa característica de quienes han vivido un momento inolvidable. Cuando las luces del estadio se habían prendido para permitir la salida de las huestes, aparece Sergio a escena agitando su saxo en señal de que "...volvimos gracias a mí". Detrás aparece el resto de la banda y le ofrendan a la gente un tema que no podía quedar afuera: "Un ángel para tu soledad", que estaba totalmente fuera de repertorio ya que tardaron en ponerse de acuerdo y marcar el comienzo de la misma. Luego... el final. La salida transcurrió con total normalidad y cabe destacar que la municipalidad cordobesa se preocupó por poner colectivos disponibles toda la noche para llevar a los ricoteros de vuelta a la ciudad, algo que casi nunca sucede. El éxodo masivo, la eterna peregrinación emprendió el regreso feliz por haber vivido un show increíble, atípico, que en algunos momentos hizo recordar a aquel Palladium del 86. La modernidad de estos tiempos llega de la mano de Rocambole y su gente de Cybergraph, quienes se encargaron de las mórbidas animaciones que teñían las enormes pantallas a cada costado del escenario plasmando los personajes de cada tema. Sin duda, Córdoba es un buen lugar para Patricio Rey. -------------------------------------------------------------------------------- LOS TEMAS Unos pocos peligros sensatos El pibe de los astilleros Morta punto Com Capitán Buscapina Una piba con la remera de Greenpeace Pool, Averna y papusa El Templo de Momo Pensando como una acelga Rato Molhado -------------------------------------------------------------------------------- Vamos las Bandas Ñam fri frufi fali frú Mi perro Dinamita La murga de los renegados Sheriff Murga Purga Dr. Saturno La murga de la Virgencita Queso Ruso -------------------------------------------------------------------------------- Nadie es perfecto Rock para los dientes Juguetes Perdidos -------------------------------------------------------------------------------- Preso en mi ciudad Noticias de Ayer -------------------------------------------------------------------------------- Jijiji -------------------------------------------------------------------------------- Un ángel para tu soledad

INCIDENTES

Detalles e Incidentes de una fiesta impecable Anécdotas y hechos que formaron parte de la odisea cordobesa -------------------------------------------------------------------------------- Una fiesta por dentro y por fuera ADENTRO El ingreso al estadio se desarrolló en la más absoluta normalidad. En la platea y el campo, todo permaneció siempre tranquilo. Para entrar había que pasar con la entrada en mano por 3 ó 4 controles, donde se incautaban cintos, encendedores y demás elementos que podían acarrear peligro para el portador o para terceros. El campo, a poco de abrirse las puertas, lucía repleto. Se hacía difícil caminar por la superficie que cubría el césped ya que muchos optaron por recostarse al sol mientras esperaban que se hicieran las 19 horas disfrutando de una tarde hermosa. La mezcla generacional también sorprendía: el dominio juvenil era matizado por quienes seguramente conocieron en tiempo real el nacimiento del grupo y también por niños, algunos muy pequeños, que seguían todo lo que ocurría junto a sus padres. Si bien hubo entradas de distintos precios, no existió el control para acceder y desplazarse. Cualquiera iba a la platea y al campo de juego. A las 17 horas ya las huestes saltaban y entonaban sus cantos de siempre , los que se hicieron cada vez más seguidos mientras se mataban los minutos que parecían eternos. AFUERA Los incidentes fueron menores y rápidamente neutralizados. A las 18.20, se produjo una primera avalancha de los poco más de 200 fans que pugnaban por ingresar sin su entrada. Una decena de disparos de bala de goma al aire fue respondido por proyectiles aislados, uno de los cuales impactó levemente en un efectivo policial. Después de las siete de la tarde, la presión volvió a hacerse sentir. En ese momento, el encargado de la entrada, comisario Osvaldo Peralta, decidió liberar el ingreso. A esa hora los detenidos sumaban 115, entre portadores de armas blancas y estupefacientes, consumo de alcohol y otros delitos menores, en su mayoría secuestrados durante la inspección que se realizaba a todos los colectivos que arribaban a la ciudad. En el campo de juego hubo algunas corridas sin importancia, rápidamente autoextinguidas. La salida tuvo el mismo marco del ingreso. Lenta y ordenada. Las calles de la ciudad volvieron a ser invadidas, esta vez por una multitud calma, extasiada y feliz. El Indio en las calles El Indio Solari sale de la Hostería Hipocampus, en Villa Carlos Paz, donde se hospedaba con el resto de la banda desde el jueves. En la foto se puede observar al Indio de gorro piluso saliendo a dar un paseo. La hostería se encuentra ubicada a metros de la casa del gobernador cordobés, José Manuel de la Sota. La banda llegó a Córdoba en dos autos: una Ford 4x4 plateada y unPeugeot 406 rojo. El Indio, Skay y Poli casi no entran A las 18 horas, una columna de automóviles esperaban haciendo cola en el Puente 15, cuando el chofer de una camioneta gris plateada doble cabina, se desesperaba a los bocinazos para que lo dejaran pasar. No había forma de convencer a los encargados del operativo, hasta que desde el interior, la pelada inconfundible del Indio Solari asomó y obró como salvoconducto. Allí viajaba la plana mayor de Los Redondos. Fútbol en el Chateau Aunque estaba confirmado que el fin de semana no iba a haber fútbol en el Chateau, debido al show de Patricio Rey en la capital cordobesa, el fútbol se hizo presente. Unas tres horas antes del inicio del recital y cuando menos se lo esperaba, apareció la pelota y se armó el picado. El improvisado partido de fútbol sirvió para distender la ansiedad de la espera y para entretener a la gente que seguía entrando al estadio. Eso sí, la bardearon cuando patearon para el escenario y le dieron a la batería de Walter Sidotti. Una muerte que no encuentra explicación Cerca de las 18 horas del sábado, Jorge Daniel Filippi, de 31 años, oriundo de Santa Fe, estaba solo, sentado sobre la baranda, de espaldas al vacío, según relataron los testigos. En un descuido perdió el equilibrio y cayó desde los 6 metros de altura que separaban la baranda del piso de la playa de estacionamiento del estadio. Fue trasladado de inmediato al Hospital de Urgencias de Córdoba donde murió una hora después tras sufrir tres paros cardíacos, múltiples y gravísimos traumatismos y pérdida de masa encefálica. Uno de los médicos que lo atendió dijo que aparentemente el muchacho habría caído de cabeza, lo que le provocó "traumatismo craneoencefálico y facial grave y traumatismo de pelvis". Ni la banda (suponemos) ni nosotros, los redonditos allí presentes, nos enteramos del hecho hasta la salida del estadio, cuando el show había terminado hacía una hora. Desde MUNDO REDONDO queremos salvar la distancia tan frágil como finita que nos separa de Jorge Filippi, un ricotero que estaba allí tan dispuesto a vivir la fiesta redonda como cualquiera de nosotros. Los detenidos Hubo en total 115 detenidos por diversos motivos. Los primeros detenidos fueron 10 personas que rompieron la puerta y una de las ventanas de la proveeduría del camping municipal, donde acampaban cientos de ricoteros, predio del parque San Martín. Estas personas lograron penetrar a la fuerza en el local de venta de comidas y bebidas, llevándose: 10 cajas de Fernet, 10 cartones de cigarrillos, 15 cajones de cerveza y varias piezas de fiambre. El incidente ocurrió a las 4 de la mañana del mismo sábado y los jóvenes fueron detenidos más tarde, recuperándose todo lo robado. (¿Dónde podían esconder semejante botín?) También se encontraron destrozos en los baños del camping. Antes del recital se produjeron algunos incidentes cuando la Policía disparó balas de goma al aire para dispersar a un grupo de fanáticos ricoteros que se tomaron a golpes de puño cuando pugnaban por ingresar al estadio. Un efectivo resultó con lesiones leves. Los desmanes se produjeron en el acceso al sector sur de la popular del estadio, cuando unos 2.000 fanáticos del grupo intentaban ingresar. Como broche de oro, el detenido Nº116 fué el profesor Ramón Castro, que había huído con la alumna de 14 años, imputado de "rapto con fines de menoscabar la integridad sexual de la menor" Dahyana Florencia Soria. Castro quedó alojado en la seccional 1º, cerca de la Terminal de Ómnibus, en un calabozo contiguo al que se encontraban los ricoteros detenidos, quienes no paraban de gritarle. Fuerte discusión en el seno de la seguridad Cuando el show estaba comenzando, la Policía que custodiaba el ingreso al estadio mundialista cordobés decidió liberar la entrada y así pudieron entrar más de 400 personas gratis, que estaban presionando desde temprano. Cuando ingresó el último grupo de gente, se hizo presente en el lugar Arturo Iturraspe, productor del show, quién recriminó en duros términos la decisión del comisario Osvaldo Peralta, encargado del operativo de seguridad montado en la entrada del estadio. La respuesta fué en el mismo tono.

VARIOS

REDONDOS EN EL CHATEAU CARRERAS - CÓRDOBA 4 DE AGOSTO DE 2001 UN ESPEJISMO QUE NUNCA PASARÁ | EL SHOW | INCIDENTES | IMÁGENES | VARIOS | ECOS OKTUBRE DE 1987: un antecedente en tierras cordobesas Domingo 22 de julio de 2001 - La Voz del Interior - Córdoba Enviada a MR por Vanesa Scuncia -------------------------------------------------------------------------------- Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota tocaron por primera vez en Córdoba el sábado 6 de octubre de 1987. Lo hicieron en la ex Asociación Española y ante una audiencia escasa. En la ocasión, fueron contratados por dos jóvenes sin experiencia en materia de producción de conciertos: Rodolfo Ascencio y Duilio Di Bella. “Eramos fans y conseguimos el teléfono de Poli. Arreglamos una cita, fuimos a Buenos Aires, llegamos a su casa y nos invitó un té. Le contamos de nuestra idea de traerlos y ella, inmediatamente, le habló por teléfono al Indio. Le dijo: ‘Mirá, acá hay unos chicos que quieren que toquemos en Córdoba...” El relato tiene ritmo de excitación y corresponde a Duilio Di Bella, quien continúa: “Hicimos un contrato en una máquina de escribir; la idea era que, a partir de ese escrito, tuviéramos elementos que nos ayudaran a conseguir sponsors. Todo eso nos llevó unas horas. Recuerdo que nos volvimos en el tren de la tarde, que todavía existía”. Por aquellos días, el grupo llegaba para adelantar material nuevo (las canciones que tomarían parte de Un bahión para el ojo idiota) y revisar el de sus dos primeros discos: Gulp y Oktubre. A esa cita acudieron unos 300 fanáticos, y consistió en interpretaciones febriles entre acoples y problemas de sonido. Algunos fanáticos aún conservan un registro de ese recital, que fue difundido por una FM local sin restricciones. Extrañamente, en esta ciudad nunca se explotó su venta en carácter de material pirata. La noche anterior a ese 6 de octubre, el Indio Solari y Skay Beilinson habían salido de bares y encontraron que en uno tocaba una interesante banda cordobesa, con fuertes influencias de King Crimson y Talking Heads: Astroboy. Con los cordobeses, los líderes “redondos” zaparon hasta la madrugada. Recuerdos de Skay sobre esa visita: “Me acuerdo que al lugar del show se llegaba por la continuación de avenida Colón. También, que paramos en el Hotel de La Cañada y que el Cuchu Pillado, un músico cordobés, nos prestó equipos e instrumentos”. Beilinson dice no tener claro que hayan brindado reportajes. Sin embargo, Di Bella tiene una cinta con una entrevista concedida a Radio Nacional y una fotografía que muestra a Solari dialogando con la periodista Mariana Winocur. SOMOS LO MÁS GENUINO El grupo Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota se presentará por segunda vez en Córdoba el 4 de agosto. No se trata de un concierto más. La máxima productora independiente del rock nacional movilizará a miles de personas. Será la presentación oficial en el país de Momo Sampler, el 11° disco de la banda. No es raro que cada recital de los Redondos sea precedido por una marea de especulaciones. Como casi nunca hablan con la prensa, lo que callan suele traducirse al confuso idioma del chisme, el rumor y la leyenda. La Voz del Interior tuvo la oportunidad de dialogar de manera exclusiva con los cerebros de la banda, y comprobar en directo cuánto de verdad y de mentira hay en lo que se escribe y se dice sobre ellos. No fue fácil. Hubo que aceptar algunas condiciones, como que no se tomaran fotos. El resultado: un diálogo que dura más de dos horas. MUNDO REDONDO Todo comienza el martes por la noche, en la casona de Palermo Viejo, donde residen Carmen “Poli” Castro (manager, encargada del montaje del show) y Eduardo “Skay” Beilinson (guitarrista). Falta Carlos “Indio” Solari (cantante y letrista), que llega minutos después, sin sus habituales gafas negras y con la indignación a flor de piel. Dice que acaba de ver una cola de desocupados en la calle, y aunque Skay le aclara que son devotos de San Cayetano, el “Indio” sigue caliente. No para de despotricar: “Hay cierta obscenidad en estar tomando un buen vino y, de repente, mirás el noticiero, ves lo que pasa y se te pianta un lagrimón. A mí, me da bastante impotencia... La propia cultura rock no es lo que era, no tiene la significación que antes tenía”. -De todos modos, ¿Los Redondos mantienen intacta su influencia social? La cultura rock determina actitudes a nivel estético y posee cierta inercia. Pero no tiene el poder, ni es un agente de cambio. Uno que ha vivido esta cultura, nota que hay otra manera de vivir la vida. Tal vez sea posible influenciar a través de una canción, pero es muy relativo. No hay una cohesión, no hay militancia. Se acabó la aventura de la curiosidad, de no dejarse avasallar. Hoy, está todo muy atomizado. Esa misma diversidad es lo que hace impracticable todos los planteos políticos y sociales de las izquierdas. –¿Hay alternativas? Fijate lo que pasa en este momento. Cuando el Estado es reemplazado por los mercados, no podés hacer una revolución y bajar a degollar a la Casa Blanca o a la Casa Rosada. Porque hay un tipo, “Chupete” de la Rúa, que dice: “Yo sólo trabajo acá, hago lo que puedo”. No hay muchas posibilidades en el mundo: o sos Cuba o parte de la globalización”. –¿Cuáles son las consecuencias en la vida diaria? Todo esto se vive con cierta impotencia, preocupación. La pugna que hay en este momento no tiene la homogeneidad de una batalla ideológica. Estalla en el pibe que se afana la recaudación de un taxi, se escapa y lo matan; o el que toma rehenes. Ya no hay una multitud bajando a la Casa Rosada con máuseres, ni una ideología que avale esa actitud. –Antes dijo que era obsceno disfrutar los placeres de la vida ante tanta miseria. ¿Por qué? Uno es bohemio y burgués. No me formé en la austeridad. Cuando no tenía dinero, no pagaba mis cuentas para comprarme un buen vino. Eso hace que, en el momento en que las cosas te van bien, te tomás un buen vino o un buen whisky. En circunstancias como las actuales, lo padezco. Hay como un fuera de escena de los actos de uno, porque la mayoría de la gente mira el paquete de fideos para ver si es más baratito... –No todo el mundo se sensibiliza por esa situación... Hay gente, por supuesto, que no le importa un carajo, pero si uno tiene una pobre sensibilidad nomás, se te hace difícil disfrutar de la vida. El ÉXITO Y SUS FACTURAS Ese cruce entre un pasado bohemio y un presente voluptuoso da pie a un debate arduo. Muchos acusan a Los Redondos de sostener una estética de la marginalidad desde el bienestar. –¿Todavía les pasan factura por ser exitosos? Esto se trata de soportar presiones, todo el tiempo. Incluso, en lugares donde hay gente que debería estar informada, se habla al pedo. Este verano, en el programa de Pergolini, pero sin él, los muchachos del reemplazo estaban hablando de... ¿cómo se llama ese pibe de River que se fue a Europa? –Aimar Sí, de Aimar. Comentaban que el pibe no da reportajes. De pronto, uno dice: “Me hace acordar a los Redonditos, que dan notas sólo cuando les conviene”. Eso es así. No damos reportajes fuera del anuncio de lo que estamos por hacer, sea tocar o grabar un álbum. No tenemos otra cosa que decir. Más allá de que puedo hacerlo en las canciones y en actitudes que he mantenido a través del tiempo. ¿Espectadores del palo? La galería de famosos que desfilaron por el estadio Córdoba estuvo encabezada por dos figuras nacionales. Una de ellas fué Soledad, la cantante folclórica, quién ingresó unos minutos antes del show y se perdió entre los fans de la banda. El otro fué Pablo Echarri, quién ingresó al estadio cuando el show ya llevaba casi una hora. Un retraso en el vuelo que lo transportaba le impidió llegar a tiempo. Fuente: La Voz del Interior (www.intervoz.com.ar) -------------------------------------------------------------------------------- ECOS CORDOBESES “Bam Bam” Miranda “Los Redondos son uno de los números más fuertes en la Argentina, por cómo cantan, sienten, piensan. No dan notas desde que empezaron, cuando había una postura de automarginación. El caso Bulacio fue un homicidio cometido por la Policía Federal de Buenos Aires, que después les hizo la cruz. Un homicidio por negligencia. Traducí una letra de un rap: eso es incitar a la violencia. Los Redondos son moscovitas en ese sentido: usan la diplomacia para protestar. ¿Por qué son populares, pese a haber escrito letras a veces herméticas? Porque la música entra por la piel”. Daniel Schapiro “Los conozco de escuchar algunas cosas a través de mi hijo. Dentro del pop, son intérpretes muy serios, que encaran su trabajo con mucho amor hacia el público. Son bastante originales, tienen una identidad. No es casualidad que tanta gente los siga. No sé cómo manejan el fenómeno social para que tenga tanto impacto. Eso no siempre tiene que ver con la música, pero los que los siguen son gente despierta. Es un error conceptual considerar que generan violencia, porque el asunto no tiene que ver con la música, ni la letra. La violencia no está relacionada con el fenómeno musical”. Silvia Lallana “El grupo nunca me atrajo en demasía. Así que no tengo una opinión formada al respecto. El fenómeno me llama la atención, claro. Encontrar gente que dice que los seguidores del grupo son todos ‘drogones’, y, por otro lado, conocer a gente de otro tipo, de diversas procedencias, que se manifiesta seguidora del grupo y no tiene nada que ver con aquello. Como no me atrae el grupo, no tengo registrada en la cabeza su música, aunque he estado atenta a lo que se ha hablado”. Pablo Canedo “Estás hablando con un ricotero. No voy a sus recitales pero me gusta mucho su música, su letra, su estrategia comunicacional, lo de mezclar el arte de Rocambole. Me parece fascinante el culto de la gente. Son la gran banda de rock de América latina. Están conectados con la cultura internacional. Los he escuchado hablar, por ejemplo, de compositores rusos del siglo XIX. No son gente improvisada. En cuanto a su conexión con el gran público... una vez le decía a alguien que, fuera de sus letras, lo que tienen es un ritmo espectacular, velocidad, ese fondo primordial de la música”. Mario Pereyra “Es asombroso. No conozco mucho, pero es superior a lo que me imaginaba. No existe en la música argentina ningún fenómeno que se le parezca, ni siquiera la Mona Giménez. La gente debe encontrar algo en ellos, que no conozco, para que se produzca el fenómeno que se produce. El tema de la violencia, en tanto, se ha convertido en un mito. Ante una multitud como la que ellos convocan siempre puede pasar que haya problemas, pero hasta el momento en que hablamos no veo que haya ocurrido ninguno realmente serio”. Desde el camping y el Chateau: “Este lugar: joya”, dijo Adrián (35), parado frente a uno de los asadores, mientras levantaba con un tenedor un vacío descomunal que sería fagocitado por él y seis compañeros, todos de la Isla del Tigre, que vinieron en colectivo de línea. “Los ricoteros somos todos amigos. Comete un bocado. Y anotá que anoche el micro salía 30 pesos, cuando siempre cuesta 15”, dijo el asador. Por allí nomás, otras chicas, también del Gran Buenos Aires, posaban para otra foto. “Yo vendí una rifa en el colegio para venir. Y así me pagué el pasaje y la entrada. Además, tuve un tarro bárbaro: porque salió el 22 y justo no había vendido ese número”, dijo Grisel, rubísima y vestida de negro. Frente a Feriar, María del Carmen Varela (21), Silvana Mussomecci (23) y Victoria Dib (23), estudiantes de derecho y de nutrición, se llevaban todas las miradas. Divinas ellas, vinieron al recital desde Tucumán. Literalmente, se escaparon de sus casas para sortear el seguro rechazo que iban a recibir si pedían permiso. Según dijeron, ya habían hablado con los padres para decir que estaban bien. “Es nuestro primer show. De todo esto, no nos vamos a olvidar nunca”, prometieron, entusiasmadas, mientras bajaban rumbo al estadio". Abajo, la fiesta era total. El parque y los alrededores del Chateau tenían el entusiasmo de un gran recreo escolar. Algunos cantaban, otros se abrazaban, se reían, fumaban, dormían un rato, charlaban, saltaban. No eran las 12 y debajo del cartel de ingreso a la popular que advertía “No ingresar con objetos metálicos” ya se había formado la fila para entrar. Todos sentados como indios, esperando las 14, la hora de ingreso. “Está todo tranquilo”, confirmó un oficial, entre satisfecho y sorprendido. Los vendedores de gorros, banderas, vinchas, posters, colgantes y buzos voceaban sus ofertas. Pero la cara del “Indio” Solari, las letras escritas con sangre y las ilustraciones de Rocambole ya se multiplicaban en miles de personas sin necesidad de que nadie les vendiera nada. Además, el que no traía la remera de los Redondos, tenía al Che Guevara, a Maradona o al legendario Luca Prodan estampados en el pecho. Siguiendo la ronda y las preguntas, no era fácil encontrar la tonada local. “El único cordobés que vi estaba vestido de azul y me hizo tirar la cerveza apenas me bajé del micro”, se rió Angel (26), también de Buenos Aires. “Pero todo bien. Lo que pasa es que me dio pena porque la acababa de destapar”, contó. Fuera del vallado policial, en la esquina de avenida Gauss y Boyle, en Villa Belgrano, Abel Claros decidió mantener abierto su minimercado. “Por ahora, no he tenido drama”, señaló. “Poné que los vecinos no podemos andar por el barrio porque está todo cerrado”, se metió Carlos Piccio (41), que compraba carne para un asadito. “Pero está bien —aceptó—. Conozco a los Redonditos y me gustan. Aunque no iría. Los voy a escuchar desde casa".

ECOS

4 DE AGOSTO DE 2001 INFORME ESPECIAL SOBRE LOS MEDIOS EXTRACTOS DE CÓMO SE TRATARON LAS NOTICIAS RELACIONADAS AL SHOW EN LOS DISTINTOS MEDIOS GRÁFICOS -------------------------------------------------------------------------------- MEDIOS ARGENTINOS PORTALES DE INTERNET CLARÍN TERRA LA VOZ DEL INTERIOR CIUDAD LA NACIÓN EL FOCO PÁGINA12 -------------------------------------------------------------------------------- LA VOZ DEL INTERIOR DOMINGO 05 Fiesta ricotera, sin violencia y con récord. La fiesta de Los Redondos superó las presunciones de violencia y más de 40 mil personas disfrutaron anoche en el Estadio Córdoba de un gran show del grupo más popular de la música argentina. El recital batió el récord de asistencia a un espectáculo con entrada paga en esta Capital. La marca la tenía Luis Miguel, con poco más de la mitad del público de anoche. El espectáculo se convirtió en el evento pago más convocante en la historia de los espectáculos en Córdoba, duplicando la cantidad de gente que congregó Luis Miguel, o la que llevó con localidades prácticamente gratuitas el grupo folklórico Los Nocheros. Incluso más que todos los fanáticos cuarteteros del fin de semana. Y prácticamente sin promoción. Los Redondos batieron un récord absoluto contra otras propuestas rockeras, de folklore o el siempre convocante género romántico latino, que con sus distintos referentes mantenían a Córdoba como escenario permanente. El grupo del “Indio” Solari mostró lo mejor de su repertorio, y en especial de Momo Sampler, su último trabajo. Un enorme operativo de seguridad, montado desde temprano, acompañó la llegada de miles de ricoteros a la ciudad de Córdoba. Durante esas tareas de prevención, la Policía detuvo a 115 personas por diversos delitos menores. En un hecho aislado, un hombre de 31 años murió al caer desde la tribuna a un playón de estacionamiento. -------------------------------------------------------------------------------- LA VOZ DEL INTERIOR DOMINGO 05 Pasión de sobra. Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota ofrecieron anoche un contundente show en el Estadio Córdoba, en el que prevaleció el clima festivo armado por una audiencia que trepó a las 42 mil personas, y el poder de conmoción de esta banda comandada por el cantante Carlos “Indio” Solari. Solari, más el guitarrista Eduardo “Skay” Beilinson y el resto del grupo, subieron a escena con 15 minutos de demora y, al parecer, ignoraban que en uno de los accesos un fan había muerto al caerse de una valla. El grupo arrancó con el rock entrador Unos pocos peligros sensatos, que pertenece a su primer disco, Gulp. Esa pieza, más la siguiente (El pibe de los astilleros), excitaron a la multitud y, en algún punto, la dejaron a “punto caramelo” para entrar a desarrollar la presentación de Momo sampler, la oscura obra que sirvió de excusa para esta primera presentación de Redondos en territorio nacional. Con sonido nítido y a altísimo volumen, se sucedieron los sombríos Morta punto com, El templo de Momo, Pensando como una acelga y Una piba con la remera de Greenpeace, mientras dos pantallas a ambos costados de la escena proyectaron mórbidos dibujos del artista Rocambole. Este show fue anunciado como “internacional”. Pero su densidad y estructura, le dieron una singularidad que no encuentra parangón con ninguna otra manifestación del rock global. Los Redondos interrumpieron el concierto cada ciclos irregulares. Como siempre, no les importó que la atención se desviara y llevaron al éxtasis al público sólo cuando tocaron. Una tensa canción como Sheriff no podría ser celebrada en ningún concierto de música pop. Sólo adquiere sentido en una estética donde lo que importa, insistimos, es el poder de conmoción. Y si hay 200 mil watts al servicio de ese concepto, lo exhibido sacude. Anoche pasó algo de eso. Varios sociólogos quieren explicar el fenómeno y se quedan a mitad de camino. Los pibes, por su parte, intentan una fundamentación cantando “es un sentimiento...”. -------------------------------------------------------------------------------- LA NACIÓN DOMINGO 05 Muerte e incidentes en un recital Un espectador fallecido al caer desde una tribuna, dos heridos y 115 detenidos fueron el saldo de los disturbios ocurridos ayer, durante la presentación del grupo de rock Los Redondos de Ricota en el Estadio Córdoba. LUNES 06 Patricio Rey presentó Momo Sampler en Córdoba La historia de la alumna y el maestro no disminuyó la ansiedad de los fans ricoteros que se instalaron hace una semana en predios y campings cercanos a la cancha, pero distrajo un poco la atención que muchos cordobeses tenían puesta en los fantasmas que habitualmente rondan cada localidad donde el grupo se presenta: el aluvión de fanáticos, el miedo, los disturbios, la represión. Esta vez hubo que lamentar la muerte, por accidente, de un joven de 31 años, producto de su caída desde una tribuna, no de la violencia. Este fue el dato más amargo que el destino quiso colar en un gran encuentro musical, tan deseado por el público como por los músicos. Porque, sin duda, Skay Beilinson, el Indio Solari y el resto de los integrantes comparten el mismo sentimiento de su gente. Es curioso pensar que el grupo que representa el paradigma del rock independiente a gran escala sólo tenga la libertad de actuar un par de veces por año y que, cada vez que lo hace, haya una ciudad conmocionada y un gigantesco dispositivo de seguridad casi tan grande como la producción musical y visual que se prepara para estas ocasiones. Pero es evidente que hay cosas que comenzaron a cambiar. Porque, esta vez, Solari estuvo muy lejos del anuncio apresurado que hizo el último año, en el recital de River, cuando, entre corridas y disturbios, dijo indignado que aquella podría ser la última actuación en vivo del grupo. Todo lo contrario: aquí se dio el gusto de mencionar, casi al pasar, la hospitalidad cordobesa y de manifestar -días atrás, a uno de los diarios más importantes de esta provincia- el deseo de que, si todo salía bien, podrían tocar más seguido por aquí. Los fanáticos fueron el eco de ese sentimiento. Por eso no fue casual (sólo por mencionar un gesto de la celebración rockera) que en dos oportunidades los músicos volvieran al escenario, luego de los intervalos, decididos a ponerles acordes a los cantitos que les regaló el público. Con la tranquilidad asegurada dentro del estadio, poco después de las 19.15 los Redondos aparecieron en escena para ofrecer la primera presentación en la Argentina del álbum "Momo Sampler". La voz de Solari y la guitarra de Beilinson, más propensas al diálogo de notas y palabras, las imágenes de Rocambole desde las pantallas y un fondo blanco que les puso un toque de suavidad a la densidad y a la fuerza del sonido. Así, el público se dedicó a escuchar y los músicos a demostrar ese proceso de maduración musical en el que se embarcaron para esta producción. Sin embargo, también fue necesaria una presencia más evidente del espíritu de Patricio Rey para infundir el magnetismo de los clásicos que la banda desparramó a lo largo de más de veinte años de carrera. Si esto hubiera sido un repaso por la discografía del grupo se habría entendido como un antes y un después de la formación. Pero en el marco de un recital quedó establecido un presente que combina dos momentos (con el Patricio Rey de siempre y el aporte del recién llegado Rey Momo), hasta consumirse en el fuego de las bengalas que decoraron el estadio hacia el final del show. -------------------------------------------------------------------------------- CLARÍN LUNES 06 Fervor, devoción y sonido caliente en el ritual ricotero. Pasión. Pasión. Pasión. Ser Redondo no se explica. Ser Redondo sólo se siente. Y punto. El enorme escenario en el que se transformó el Estadio Olímpico Córdoba fue testigo de eso. Los Redonditos, más allá del accidente fatal de Jorge Daniel Felippi que perturbó el balance ofrecieron un recital sin fisuras, con diferentes colores y sensaciones emotivas, que alcanzó el climax, como siempre, cada vez que entonaron sus himnos: Vamos las bandas, El pibe de los astilleros, Ñam fri fru fri, o Preso en mi ciudad. Los 40 mil fans sumaron al encuentro ricotero sus cantitos futboleros, condimentados con la pimienta de su amor incondicional. Bailaron, saltaron, agitaron brazos, revolearon camperas y se entregaron hasta el último instante, hasta quedar casi exhaustos. Reclamaron otra y desde el escenario iluminado con luces blancas vibró Un Angel para tu soledad. Después abandonaron con paso lento el estadio, cansados y felices, con rumbo a la ciudad. Los temas de Momo Sampler, su último álbum, sonaron bien en vivo. El tecno-rock suena aplastante, parece agigantarse, densificarse. Es pura potencia con una estética impecable. Así se sucedieron Morta punto.com, El templo de Momo, Pensando como una acelga y Una piba con la remera de Greenpeace. Mientras, dos pantallas gigantes alternaban sus imágenes: del público a los músicos, y de ahí a los dibujos de Rocambole. La reacción de los ricoteros frente a estas canciones fue devocional, pero menos explosiva. Hubo cuatro descansos en las dos horas y media que se extendió el show. El respiro era bienvenido. Los 200 mil watts de sonido se sentían nítidos y contundentes. Cada nuevo regreso de la banda al escenario arrancó con los clásicos y continuaba con los nuevos. El Indio Solari confesó un problema en su garganta y agradeció al doctor Guillermo, que Decadrón mediante le permitió subir al escenario. Incluso pidió que lo ayuden a cantar. El rito de regresar a Argentina después del paréntesis Montevideano se cumplió: fue una fiesta ricotera, con todo su folclore. -------------------------------------------------------------------------------- PÁGINA 12 LUNES 06 El show de Los Redondos, extraña catarsis en medio de la crisis. Un ritual con destinos cruzados Desde su lugar de gran banda de rock, los Redondos retratan musicalmente la marcha agónica de los renegados. En Córdoba, unos 40 mil fans participaron de la celebración. Uno de ellos murió accidentalmente. Los Redonditos de Ricota habían tocado sólo una vez en la ciudad de Córdoba, en 1987, frente a 300 personas en la Asociación Española del barrio General Paz. Catorce años después, la criatura subterránea cobró dimensiones de coloso y el sábado vivió su noche más multitudinaria en un estadio del Interior. Cuarenta mil personas acudieron al Chateau Carreras para celebrar la presentación formal de Momo Sampler en Argentina, su primer concierto en el país en más de un año. Y mientras las canciones opresivas del último álbum parecen querer contar la descomposición de una realidad macabra, los viejos rocanroles se encargan de provocar los recreos estratégicos. El show giró en torno de esa esquizofrenia musical, propiciada por más de veinte años de existencia y once discos conjurados como reproducciones pop/rock de estados de ánimo extremos. Para el Indio Solari, éste es el tiempo de contar la marcha agónica de “la murga de los renegados” en plena debacle social. La catarsis de 40 mil personas parece reforzar esa idea. Una catarsis pasional y pacífica, en la que, sin embargo, siempre parece colarse, como emergente de un fatalismo imposible de gobernar, la desgracia: Jorge Felipi, ricotero, 31 años, antes de empezar el recital cayó de una baranda en que estaba sentado, y murió una hora y media más tarde (ver aparte). En vivo, Momo Sampler recarga la densidad del estudio y la guitarra de Skay Beilinson alcanza niveles de dramatismo trágico, incluso ligándolo a ciertos compositores de cine italianos en melodías de guitarra como la de “Pool, averna y papusa” (título muy Solari, mezcla de alta cultura y jerga callejera fuera de época). El Indio, en tanto (que le agradeció a su médico por haberlo curado de una alergia que casi le impide actuar), multiplica los matices vocales para las nuevas versiones de los viejos clásicos (“Preso en mi ciudad”, “Rock para los dientes”, “Unos pocos peligros sensatos”) y los temas de la sombría tríada Luzbelito, Ultimo bondi a Finisterre (el menor de los tres) y Momo Sampler. Y aunque hay cierta sobrecarga de tensión apocalíptica en su voz y en el refuerzo visual del show –las pantallas reproducen dibujos animados repetitivamente “siniestros”–, se trata de la unificación conceptual que (casi) siempre caracterizó a su obra. Los personajes de Momo Sampler son, quizás, los menos entrañables que haya parido la pluma de Solari jamás. El “Sheriff” al que se le pide que “meta bala”, el advenedizo de “Rato Molhado”, el asceta converso de “Pensando como una acelga”. A diferencia de otros discos oscuros del grupo, Momo... perdió una importante carga de ternura, apenas dosificada en “Una piba con la remera de Greenpeace” y “La murga de la virgencita”, dos que se inscriben en la tradición Solari de grandes-canciones-agridulces.sobre-chicas-que-sufren. Sintonizando con el concepto apocalíptico construido por él, el líder de los Redondos parece contemplar el desastre en un gélido refugio nuclear, desde el que se puede ver todo el paisaje pero a donde no llega el calor de las bombas. Su poder de observación le permite captar el dolor, aunque desde una distancia cada vez más fría. Las secuencias electrónicas, las voces procesadas y los solos de saxo juegan su papel, varios pasos detrás de la robusta base de batería doble y la guitarra omnipresente de Skay. Aún al límite del barroquismo instrumental, Patricio Rey conserva la prolijidad, la potencia y crece en su dimensión de banda de estadios. ¿Y el público? El público disfruta de su rol protagónico, explota con los viejos rocanroles e intenta familiarizarse con Momo Sampler. Ilumina la noche con cien bengalas en la épica “Juguetes perdidos” (que comienza casi como una balada soft metal hasta que entra en juego el repique de la batería), baila en círculos en “Jijiji”, agita las remeras durante el estribillo de “Vamos las bandas”,rockea en “Mi perro dinamita” y exhibe la ansiedad por reforzar el lazo indestructible que lo ata a las estrellas que se mueven sobre el escenario. Los músicos, a su vez, interactúan instrumentando algunos cantitos y hablando sólo lo necesario. Ese parece ser el único intercambio explícito de la simbiosis. La brecha que separa a los cincuentones del escenario de los pibes en cueros de la hinchada se hace cada vez más grande. El único punto de contacto, después de todo, lo más poderoso del asunto, siguen siendo las canciones. No es poco. -------------------------------------------------------------------------------- PORTAL CIUDAD INTERNET A puro rock, los Redondos sacudieron a 38.000 fanáticos en Córdoba La mítica banda tocó temas clásicos y también los de su último disco. Un joven de 31 años murió accidentalmente al caer a un foso desde la tribuna. Desde unos días antes hubo intensos controles policiales cerca de la ciudad. Con un escenario encendido por luces naranjas y azules, y al ritmo de los cantos de las tribunas, el Indio Solari hizo su aparición con El pibe de los astilleros. Eran las siete y cuarto de la tarde y las bengalas y petardos se hacían sentir. "Hola, Córdoba", fue el discreto saludo del cantante. Y entonces la banda más exitosa y polémica de la Argentina comenzó a tocar. Los Redondos arrancaban así su esperado concierto en la ciudad de Córdoba. Unos 38 mil adolescentes, jóvenes y no tanto, vibraron con Los Redonditos y se sacudieron poseídos con los 200 mil Watts de potencia que tenía el sonido. Y se sacudieron al ritmo del pogo viendo las imágenes que repartían dos pantallas gigantes desde el escenario. Y de paso hicieron trizas la veda que siguió a las presentaciones que el grupo hizo en River. Mirados desde el valle donde está el Chateau Carreras, los chicos y chicas parecían hormigas que no paraban de arribar al estadio donde se hizo el recital. Aunque no hubo incidentes de importancia con la Policía —en comparación con otros recitales de la banda—, hubo un episodio trágico. Durante el concierto, un joven de 31 años, que había llegado desde Santa Fe, murió como consecuencia de una caída a un foso desde una tribuna. Durante el concierto, Solari se molestó con algunos chicos que le arrojaban cosas desde el campo. "Esto no es Los Violadores", dijo, en referencia a otro grupo de rock. Más encontronazos: según denunciaron en el canal América, personal de seguridad del estadio mantuvo una discusión con sus enviados y durante las fricciones les rompieron una cámara de TV. El mito ricotero de arrancar unos días antes, acampar cerca del lugar del recital, la fiesta y mucho alcohol se instaló desde el miércoles. Muchos estacionaron en el parque San Martín, frente al estadio, pero otros eligieron las sierras: Carlos Paz, Cuesta Blanca o Capilla del Monte. "Acá hay mucha yuta", dijo un flaco con dientes de conejo que viajó desde Avellaneda y que hizo el aguante en Cuesta Blanca. La policía mantuvo una respetable distancia, pero sus móviles y efectivos se veían desde todos los ángulos. Los controles ruteros fueron muchos. De hecho, los 2.500 efectivos que tomaron parte duplicaron a los que que se usan para los clásicos entre Belgrano y Talleres. -------------------------------------------------------------------------------- PORTAL TERRA - ARGENTINA Una multitud vibró en la misa ricotera - Un show contundente Entre 38.000 y 42.000 personas palpitaron la ceremonia que ofrece Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Pese al fan que murió antes del inicio del show y de los incidentes aislados que arrojaron más de un centenar de detenciones, jóvenes y no tan jóvenes deliraron con la tercera presentación del año de la banda platense. Diez minutos después de las 19, la hora prevista del comienzo del show, comenzaron a escucharse los acordes de Unos pocos peligros sensatos. Y bastó esa vieja melodía y El Pibe de los Astilleros para que los fieles se pusieron a tono con la nueva misa que Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota encabezó el sábado por la noche en el estadio olímpico de la capital de Córdoba. Durante algo más de dos horas y media, la banda que lidera el Indio Solari ofreció un show de 200 mil watts de potencia, prolijo y sin sorpresas en el que la excusa era presentar el último trabajo (Momo sampler), pero también deleitar con las viejas canciones. El Indio reveló haber tenido que recibir un Decadrón para afrontar el show pero igual bailó, cantó, pidió ser acompañado y hasta se enfrentó con un fan que le arrojó un objeto: "¿Qué te creés boludo? No somos Los Violadores. Vení al camarín a tirarme cosas", se enfureció. Antes del show hubo más de un centenar de detenidos y se produjo la muerte de Jorge Felipi, un joven de 31 años, quien cayó desde la parte alta de la platea hacia el estacionamiento del estadio. -------------------------------------------------------------------------------- PORTAL EL FOCO - ARGENTINA Tragedia en Córdoba Una muerte accidental empañó la fiesta en el concierto de Los Redondos Buenos Aires, 6 de agosto 2001.- Un joven murió el sábado al caerse desde una de las tribunas del estadio de la ciudad de Córdoba, antes de que comenzara el recital que ofreció Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, que culminó con varios detenidos. Mientras se esperaba el comienzo del recital, al que asistieron unas 40.000 personas, Jorge Felipi, de 31 años y oriundo de la provincia de Santa Fe, cayó desde una tribuna al estacionamiento del estadio, tras lo cual fue trasladado al hospital de Urgencias de la capital cordobesa, en donde murió. La actuación en el estadio Córdoba congregó a una multitud que asistió a las casi dos horas del espectáculo -entre las 19 y las 21- pero que desde varias horas antes llegó al lugar, además de quienes acamparon en zonas aledañas por varios días. Con este mega-recital, la banda comandada por el Indio Solari regresó a los escenarios argentinos después de haberse presentado el año pasado en el estadio de River, ya que sus últimos shows -donde presentó "Momo Sampler"- los realizó en abril de 2001 en el Centenario de Montevideo (Uruguay). Una hora antes de que comenzara el recital se produjeron distintos incidentes en los alrededores del estadio, fundamentalmente por grupos de fans que pretendían entrar sin pagar. Según informó el diario "La Nación", 60 personas fueron detenidas por transportar diversas drogas, por lo que quedaron a disposición de la justicia federal. Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota es una de las bandas más emblemáticas del rock argentino desde la década del 80, cuando comenzaron a grabar sus discos. Sus recitales, esporádicos y multitudinarios, congregan a gran cantidad de fanáticos que se movilizan hasta el lugar del show los más remotos lugares del país. --------------------------------------------------------------------------------

21 oct 2008

PATRICIO REY PUEDE ENCARNAR EN CUALQUIER GIL

Los Redonditos de Ricota conceden el primer reportaje oficial en casi tres años A pocas horas del lanzamiento de su quinto álbum, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota rompieron un silencio de casi tres años para contestar a quienes cuestionan su creciente popularidad. El éxito comercial, los entredichos con la prensa, las mezquindades del under, la muerte de Walter Bulacio, el papel de ciertos productores y las intimidades y obsesiones del trípode que conforman el Indio, Skay y Poly, desfilan por esta extensa entrevista que ya mismo nos ponemos a leer. “EL LUGAR DE LOS REDONDOS ES MUDAR DE DOGMAS” ¿Cuánto hace que no conceden una nota, así, oficial? Poly: Dos años, fácil... Casi tres... ¿Por qué se han negado? Indio: No nos hemos obligado a cosas. Un reportaje, en última instancia, el único valor que tiene es que uno pueda mandar una impresión más de lo que uno es. Si no, es como una promoción, como una publicidad. Que no está mal cuando uno la necesita. ¿Siempre están de acuerdo entre ustedes o se pelean mucho? Indio: Nos peleamos muy poco y a mí es una cosa que desde hace años me preocupa. Una de esas preocupaciones que te dejan dormir. Skay: Lo que pasa es que nos conocemos hace tanto tiempo que aprendimos a conocernos como personas en diferentes situaciones, de las mil maneras posibles. Indio: Si le damos validez a lo que es la intimidad de lo que a nosotros nos sucede, en realidad nada de lo que se escribe y se publica acerca de lo que somos, de lo que hacemos, es así. Yo creo que casi todas las editoriales han sacado una especie de historia de los Redonditos de Ricota y todas son apócrifas. Es que los mitos, de la manera que son utilizados y desarrollados acá, son mitos muy miserables, muy pequeños, de las que uno no puede enorgullecerse de formar parte. Yo creo que lo que uno más puede ser es el pívot de esa necesidad que tiene un montón de gente, en un momento determinado de una cultura. En todo caso el fenómeno es que, de pronto, pendejos de quince años todavía resuenen con lo que hacemos tipos que tienen cuarenta. El fenómeno recién se confirma cuando todo resuena. Si no, no significa nada. ¿Saberse parte de eso implica mayor responsabilidad? Indio: Pero hace quince años, cuando éramos veinte o treinta los que estábamos haciendo esto, antes de ir a tocar también nos preguntábamos que ibamos a hacer, estábamos locos de la misma manera. Lo que hay que entender es que esto a nosotros nos ha ido pasando paulatinamente. Nosotros nos acostumbramos a trescientos, a seiscientos, a mil. Nos acostumbramos a miles. Eso también los ha expuesto a las críticas. Recordemos cuando vos, Indio, insultaste desde el escenario de Obras a un periodista que los había cuestionado por tocar allí o cuando en el concierto al aire libre la gente empezó a dar vuelta los quioscos de bebidas y te pusiste verde. Indio: ¿Quieren que opine lo mismo hoy? Opino lo mismo de cierta gente que es genuflexa y que yo sé que es así, y no me importa decirlo. Eso es aparte. Lo otro a lo que te referís, lo que pasó con las bandas, esa sí es una preocupación nuestra. Después, lo que dice Carlitos, lo que dice Quiquito... Cada uno sabe cómo se tapa el culo. Lo que no van a poder exigirme a mí, un tipo que tiene los huevos como los tengo yo, es que participe de esa descripción. A mí no me termina de preocupar porque, el día que la resonancia no esté de acuerdo a mis funciones, yo no funciono. Tenemos otro viaje, estamos funcionando en otro lugar. Vayamos a lo que pasó con Walter (Bulacio) y toda esta historia. Nosotros estuvimos en el lugar en que tuvimos que responder. Lo que no podemos es hacer de campana de resonancia de un montón de gente que entra en este tipo de circunstancias con intereses muy particulares y que de pronto empieza a hacer circular una especie de descripción verdadera de las cosas, cuando está totalmente alejada de la intimidad de los hechos. Se nos responsabilizó como que hubiéramos tenido que dar la cara o hacer no sé qué. Y lo hicimos de la manera que lo hicimos, con una carta abierta en una revista. Pero tampoco nos preocupamos por hacer una gran exposición. A lo que voy es a que aquel viejo correo de Los Redondos sigue funcionando. Los Redonditos, momentáneamente, todavía no están tan distraídos. Saben dónde tenemos el corazón. Lo que ocurre, en el caso concreto del pibe Bulacio, es que se murió. Indio: El pibe se murió y ahí se armó el quilombo. Y esa es la historieta, cuando se desnaturaliza el dolor. Nosotros hemos visto cosas muy raras. Cuando de pronto hay que repetir los actos de dolor porque la cámara tiene que tomarlos, hay una desnaturalización del dolor real. Vos estabas llorando por tu hijo hace media hora, ahora quizás ya no pero vuelve el camarógrafo y hay que llorar otra vez. Y todo el mundo se acostumbra a eso y nosotros estamos en contra de esa descripción de la vida. Entonces, no vamos a hacer una campaña ni una cruzada contra esto pero, cada vez que alguien nos venga a testear en un reportaje, vamos a avisar: no nos involucren como si formásemos parte de toda la gente que cree en esa descripción de la vida, porque para nosotros la vida pasa por otro lado. Pero al evitar las notas parecieran estar cumpliendo con algún rito purista. A cualquiera en tu lugar le gustaría que lo vayan a ver veinte mil personas antes que doscientas. Indio: Aceptaría el hecho de que estamos privilegiados por nuestra resonancia para poder obrar de esa manera. Acepto eso. Pero punto. Lo que no voy a aceptar nunca es que uno se dedique de purista cuando en realidad estamos hablando de cosas elementales, la ética mínima del corazón. Nosotros tenemos un día de veinticuatro horas que resolvemos en función de nuestras ambiciones, de nuestros planes, de nuestros caprichos... ¿Por qué carajo no podemos tener caprichos? Lo que nunca va a hacer un tipo que empezó a hacer rock and roll con esta banda y está terminando su viaje- no sé lo que nos queda, ojalá que mucho- es opinar sobre otros que, para poder estar en algún lado, han tenido que fichar en una corporación y han tenido que hacer lo que hay que hacer desde ese lugar. ¿Se sienten atados o deudores de ese lugar al que deben seguir siendo fieles? Indio: Desde un lugar no, porque casualmente el lugar de Los Redondos es mudar de dogmas. Sabemos cómo funciona todo. Pero de ahí a emitir juicios sobre los demás... Hay una cosa que hemos dicho siempre: fuera de que este sea un plano envidiable, no podemos dar fórmulas. ¿Cómo le decís a una banda formada por chicos de quince años, que deben bancar equipos que salen en dólares mucho costo, el camino que tienen que seguir? No estamos en contra de lucir. Me encanta que uno se merezca las cosas. Vayamos al grano. Hoy Patricio Rey vive de lo que hace y gana buena guita, mientras durante años debió subsistir de otros recursos. Indio: Esa es una descripción, yo voy a dar otra. Uno no necesita ganar guita de esto. Es buenísimo estar abocado a esto y no tener otro quiosco, pero no nos ha cambiado la vida. Si la situación que les permite ganar dinero cambiara, ¿harían algo para que volviera a darles plata? Indio: Seguro. Aunque tampoco estaría dispuesto a hacer más cosas de las que hago. Intentaría volver, por supuesto. Porque a mí me da otra dimensión el hecho de vivir de esto. Skay: Yo la pregunta la haría al revés. ¿Seguirías haciendo lo mismo si no te diera dinero? Y, seguramente, yo seguiría haciendo música por más que eso no me diera dinero. Poly: Mejor que haya. Pero todo depende de los ensueños que cada persona tenga. Para mí, el único ensueño es hacer esto que hago. No es por lo que voy a ganar, sino es el hecho de hacer lo que hago. Indio: La prueba de que nuestro objetivo no es ése es que este año, cuando la resonancia de Los Redondos está a punto de caramelo, sólo tocamos dos veces. Digo que no es ese el ojo del viaje. Si uno ha hecho la calle sabe que llevando unas esmeraldas para allá y trayendo unos topacios para acá, listo. La verdadera ambición en esta vida, para aquel que sabe moverse de esta manera y sabe cómo se juegan los tantos y cómo es el ajo acá, empieza a estar en otro lado. Es como fifar. Querés fifar y fifar y fifar, hasta que un día querés un poco de amor, porque, como el conejo, fifa todo el mundo. Parece como si estuvieran en posesión de un tesoro... Vamos a darnos el gusto de tocar. Indio: Boludos no somos, nos damos cuenta dónde estamos. ¿Nos movemos tan mal como para que se crea desde afuera que no sabemos dónde estamos sentados? No. Si no, uno debería hacer cagadas más grandes. Me parece que tan mal no lo hacemos. Son como una especie de aristócratas que se permiten lujos. Indio: A mí me gusta la palabra privilegio. Parece que uno estuviera en una frivolidad, y no, realmente tenemos obsesiones grosas. Somos tipos obsesivos. Yo tengo dos testigos fundamentales de mi vida, que son Poly y Skay. Son testigos de mi crecimiento, de mi orientación, de lo que soy. Lo que yo no me permitiría nunca es que me vieran en algún lugar por el que se avergonzaran del cariño que me tienen. ¿Ustedes son el trípode de Los Redondos? Indio: No es sólo eso, sino la gente con la que podés estar, gente rica como la que tenemos, pares que quizás lucen de otra manera por la obsesión que tenemos nosotros tres. Claro que, cada tanto, cambia la mano, porque el sulky viene desde lejos. Hubo otros momentos en los que todo el mundo quería ser invitado de los Redonditos, porque los Redonditos eran una cosa querida, respetada, mataba ser invitado. Pero el business estaba en otro lado. Acá no había nada para repartir. Era para ir y que el under te quisiera y los periodistas opinaran bien. Pero negocio, negocio, ser el guitarrista de los Redonditos no era. Tanto la Negra como productora, Skay como guitarrista o yo como autor hemos sido tentados, nos ha llamado gente que en un momento era más negocio. Me cantaba una canción alguien que vendía 70 mil ejemplares o a Skay lo invitaba algún músico, no sólo a grabar sino a formar parte de su viaje. Las tentaciones han estado permanentemente. ¿Qué les pasa cuando se topan con una pared en la que alguna mano anónima ha escrito frases de sus canciones, como “Vivir sólo cuesta vida”? Indio: Uno mira con cierto azoramiento cómo cosas que forman parte de su imaginería resuenan en miles de personas. Sobre todo porque creo que hoy en día un tipo de mi edad debiera más escuchar que bajar línea. Cuesta mucho ponerse a decir cosas, boludeces que uno cree caprichosamente y que de pronto después se graban para siempre. Es un viaje desgraciado. Lo bueno es cuando algo de esos pendejos pareciera indicarte que todavía estás vivo. Cuando descubren y resuenan con eso yo me siento par de ellos. Lo que uno agradece es el hecho de poder estar lucubrando la presentación del disco y todo eso con total libertad, avalados pura y exclusivamente por esos miles de pendejos que pagan la entrada. Hace poco, en un reportaje del Sí, Daniel Grinbank no escatimó elogios hacia Los Redondos. Indio: Acá luce trajes extraños gente que le ha hecho muy bien a todo el viaje. ¿Querés que te diga que Grinbank nos ha dado a nosotros, a través de la historia, un par de dichas que nos han servido? Es un tipo que, contra todo lo que se jode en la vida, nosotros no lo tenemos mal dibujado. Hemos tenido que aprender cosas del business, y él mismo nos ha dado datos fundamentales sin reclamar un mango. Cuando un tipo tiene su culo bien pagado, muestra qué tipo de elegancia tiene para hacer. Y a nosotros, que somos tipos decididamente mafiosos, esa clase de elegancia nos gusta, aunque no nos obnubila desde ningún punto de vista. ¿Cómo van a resolver el plan familiar de volver a tocar? Poly: Presentar el disco ante de fin de año será la respuesta, pero todavía no está resuelto dónde. O sea que hay problemas que superar... Indio: Hay que aceptar que este ha sido un año para nosotros donde hemos tenido que rever un montón de cosas, eso es verdad. Pero punto. Ya veremos qué nos depara este viaje. Yo creo que es un tema que tiene que dominar bastante en el caso nuestro, que hemos tenido la mala costumbre de que en elos años que llevamos tocando, a pesar de manejar un público bastante contestatario y bastante firme, bastante de temple grueso, los quilombos han sido pocos. Entonces digo, de este quilombo que hay en este momento para manejar los grandes eventos, que tienen que cuidarse no sólo los Redonditos, sino cualquiera. Algún día podrían presentar a Patricio Rey... Indio: Patricio Rey puede encarnar en cualquier gil, como si te cayera del cielo. Es como nuestras obsesiones. Creo que el día que la gente se corra medio metro de dónde está, empezará a ver que es más fácil creer que la vida se parece a estas cosas y no a todos aquellos tipos lúcidos que generan planes irrevocables. Mi sobrino, el sobrino que más quiero, está con una banda. Cuando hablamos, lo único que tengo para decirle es: poné el culo en lo que estás haciendo y cobrale la vida al contado. Subite a un escenario y aceptá que es el lugar adecuado. El escenario, para un salame como yo, es el lugar más cómodo, más claro, más afín con la manera de mirar que he encontrado en mi vida. Si tengo que vanagloriarme de algo es del simple hecho de estar a la altura de la vida que me toca vivir. Esas son las ambiciones de uno. No el auto, si casi no sé manejar. A mí me gusta el taxi.

18 oct 2008

NO ESTAMOS PARA EDUCAR

En seis horas de charla, el Indio Solari, Skay y Poli hablaron de los shows del 15 y 16 de abril en River, de la violencia, del disco que están grabando, de la fama, de su acuerdo con Grinbank y... de todo. LA INTIMIDAD Hay un living amplio, cuatro sillones y una mesa. En la mesa, una botella de escocés, cerveza y un cabernet merlot. El Indio toma whisky, Skay cerveza y Poli vino. "Estoy medio jodido. Acidez. El whisky me va a hacer bien", comenta Solari y prende el primero de los veinticuatro cigarrillos que fumará a lo largo de la entrevista. La verborragia del Indio Solari, esa arenga constante, es la gran estrella de la noche. Abunda en palabras que van de, por ejemplo, la cibertecnología al más rancio lunfardo. El entramado de las frases es elegante y caótico. Skay acota en silencio, con pequeñas sonrisas y bamboleos de cabeza. Poli mira todo como una madre orgullosa. Repone botellas y, a la medianoche, impacta con dos bandejas de empanadas. La casa es de la pareja Skay-Poli, queda en Palermo Viejo y tiene una decoración llana y una pulcritud burguesa. Al fondo se adivina un jardín donde, se dice, Poli cría arañas. La charla es siempre acalorada, siempre gentil. El Indio sobrevuela diversos temas desde un ángulo intelectual y emotivo. Como cuando se refiere a la situación de los presos en las cárceles argentinas. "Viven hacinados, viven en un estado desastroso. Loco, así no se trata a seres humanos..." El Indio se quiebra hasta las lágrimas. Con vergüenza viril se tapa la cara. A los pocos segundos se repone y, con los ojos rojos, dice conmovido: "Perdónenme". INTRO "Los Redondos somos nosotros tres", dice el Indio Solari a poco de comenzar una charla extensa, que durará desde las ocho y media de la noche hasta casi las tres. Así se separarán definitivamente las aguas y así se abrirán las puertas que desandarán el camino. Para un viaje, valga, hacia el fin de la noche. Distendidos, Solari, Skay Beillison y Poli hablaron de casi todos los temas que les gusta hablar y de algunos otros que no aprecian especialmente. Así pasarán nombres y apellidos, obsesiones profundas, asuntos propios y ajenos. Sin olvidarse del aviso de los próximos shows de River: el 15 y 16 de abril, con puertas que abrirán a las 14 y con un concierto que comenzará (puntual) a las 20. Sin olvidar tampoco curarse en salud: primero, diciendo que esta vez el control de acceso y la seguridad serán los mismos que cubren los shows internacionales. Después, con cautela, midiendo la posibilidad (poco probable) de que no llenen la cancha más grande de todas las muchas que ya han hecho. Una manera, si se quiere, simpática de insistir con aquella máxima de la prehistoria ricotera: "Esta puede ser la primera y la última noche". La primera, claro, no es. Y las últimas, aparentemente, tampoco. De todos modos, tendrá un toque de nostalgia: "Será un recorrido por toda las épocas de la banda, haremos temas que hace mucho no tocamos", dicen. en esta continuidad de ideas y proyectos, sin falta hablarán de música: el nuevo disco, lo que tocarán en los shows, el rock como cultura. Sin falta mencionarán la violencia, la fama y la paranoia que trae el reconocimiento masivo, los rumores de separación que aparecieron en el verano. LA ENTREVISTA ¿Esto del recorrido por la obra es porque se separan? Solari: De movida supongo que hay que hacerle acordar a la gente que las bandas no son eternas. Esa posibilidad existe. De movida uno tampoco puede decir: No, no nos vamos a separar. Pero momentáneamente no hay nada que indique eso, en absoluto. Otra especulación es que van camino a convertirse en una banda de estudio. Solari: Bueno, eso es verdad. Pero eso no excluye el hecho de que haya presentaciones en vivo. Es verdad en este sentido: ahora estamos muy interesados en la música de edición. A veces me atrevo a hacer una comparación con el teatro y el cine. Yo creo que el rock de escenarios es más parecido al teatro y la música que estamos haciendo ahora es más parecida al cine. Tenemos un horizonte de guitarras y bajos sobre el que me interesa poner algunos obstáculos de sonido. Eso es un riesgo a la hora del vivo. Solari: Pero el riesgo es un asunto permanente cuando estás yendo hacia un lugar en donde nunca estuvo. De todos modos, no se me ocurre reemplazar los bajos, ni la batería, ni muchísimo menos la guitarra que es el corazón de esta banda. En todo caso, más que separarnos, necesitaríamos agregar músicos. Además, este es un grupo de amigos. ¿Nunca un problema? Solari: Eso lo tenemos resuelto desde hace varios años. Todos tenemos quilombos, pero somos bastante cool como para no trasladarlos al laburo. Lo que sí hacemos es discutir mucho las decisiones. Vos hablabas de música y cine, del rock de escenarios como teatro. ¿Su nuevo rumbo es compatible con el escenario? Solari: Creo que sí. Se ha hablado mucho de lo tecno que ha invadido nuestra música. Y en verdad la gente confunde mucho el género tecno con la aventura tecno. La aventura tecno no tiene nada que ver con el género que reclama para sí una serie de standars como el jungle que son cosas que tratamos de no usar porque son efímeras. Lo que aprovechamos nosotros es la emulación de sonidos. En realidad, son como tropiezos tecno. ¿Querés hablar del disco que van a sacar a mitad de año? Solari: Eh... No. Pero al hablar de nuevo rumbo, parecería que van a acentuar "los tropiezos tecno". Solari: Es muy poco lo que podemos decir. Hay que escucharlo. ¿Sabés por qué? Porque, en realidad... el concepto que tiene el álbum que vamos a hacer juega con eso. Entonces, no quisiera revelarlo. ¿Juega con qué? Solari: Con el engaño y con el hecho de que lo tecno puede ser usado de otras manera. No en cuanto a la variedad, sino con respecto a la emulación. Es decir, llegado el momento tal vez escuchemos el próximo disco y parezca mucho más hard que el anterior, que parezca menos tecno. Y sin embargo, nunca usamos más tecnología que ahora. Y eso era justamente lo que quería explicar: una cosa es el género tecno y otra la utilización de las posibilidades que la tecnología te da. Skay: No estamos congelados a repetir una fórmula que ha sido exitosa en un disco anterior. Volviendo a River, ¿el hecho de que contraten con Daniel Grinbank es algo así como una bisagra en la historia de la banda? Solari: Grinbank siempre ha sido un tipo claro: es empresario y quiere ganar dinero. A nosotros, nos ha dado consejos totalmente desinteresados sobre cómo hacer un show masivo. Por lo demás, tanto la radio como los números que trajo, han sido importantes para el rock de acá. Poli: Nosotros conocemos a Grinbank desde mucho antes de que sea lo que es ahora. ¿Después del caos de Mar del Plata, estos River son un desafío? Solari: La gente está muy pendiente de lo que pasa en una producción independiente... ¿No es una visión paranoica? Solari: No, no estoy diciendo que nos estén persiguiendo. No le echamos la culpa a nadie ni tampoco regalamos a troche y moche las características de cómo funciona nuestro estilo. Tenemos el culo donde lo tenemos y nos hacemos cargo cuando nos va bien y cuando nos va mal. Nadie quiere que ocurran estos despelotes, pero tampoco son producto de la incentivación de nuestra lírica ni de todas esa boludeces que se dicen por ahí. Hay problemas sociales. Y los quilombos son frecuentes: en un recital de Serrat en Mar del Plata rompieron un teatro y nadie se enteró. CHARLY, SPINETTA, CALAMARO, LOS PIOJOS...: "No quiero hablar de casos personales. No quiero hablar de las cosas que no me interesan, porque me parece que es estar pugnando con la susceptibilidad de la gente. Yo prefiero no conocer a mis colegas y no opinar sobre ellos: prefiero ser testigo de las obras.", dice Solari. Sin embargo, como una ráfaga, la encendida verba del Indio Solari cita nombres y apellidos con el objetivo de redondear alguna idea. Así, el cuartetero Rodrigo se choca con Cavallo y Beliz, Chico Buarque con Jimi Hendrix o el periodista Enrique Symms... A continuación algunos conceptos o referencias vertidos, de un modo siempre anárquico y como casual, sobre otros músicos solistas y bandas del rock nacional. CHARLY GARCIA: "Cuando uno compite con un personaje público la está cagando. Por más que te tires de un noveno piso o hagas lo que quieras. Son cuestiones que tu personalidad te está pidiendo por distintos motivos. Cuando una personalidad pública esta nutrida del anecdotario... (...) Qué sé yo por qué se tiró. Él dijo que fue por placer y yo no puedo hacer otra cosa que creerle". LUIS ALBERTO SPINETTA: "Prefiero no hablar. No tengo relación con su obra (...). El primer disco de Almendra, como el de Manal, me parece maravilloso." ANDRES CALAMARO: "Así como él nos homenajeó- haciendo La Bestia Pop en vivo, yo quiero decirle que su disco me gustó mucho. Hasta me gusta cómo lo tituló, Honestidad brutal... Me interesó el atrevimiento de hacer esa hemorragia musical, sin contención, con una producción tambaleante. Algunos temas parecen hechos en el baño. Desde su etapa española para acá, es la poesía que a mí más me gusta de él. Esa poesía trapera, medio pícara, está muy bien." FABULOSOS CADILLACS: "Aunque no me apasionen, me gusta el pulso de lo que están haciendo." LUCA PRODAN: "A mí me gustaría que Luca estuviera vivo para seguir escuchando sus canciones. No me interesa que una vida se utilice como justificación de la obra. El dolor, implícito en una obra, tiene que desgarrarte desde la obra." LOS PIOJOS: "Me gustan." RATONES PARANOICOS: " (...) Los Danger Four de los Stones."

"GULP" CUMPLE 20 AÑOS 04/2005

EL INFIERNO SIGUE ESTANDO ENCANTADOR Hace dos décadas, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota debutaban con un disco que bien podía haber sido la meta de toda una carrera en el under, pero apenas si fue el comienzo. Así lo recuerda CLAUDIO KLEIMAN "Que lo parió", diría Mendieta, el ladero canino de Inodoro Pereyra. Se cumplen veinte años de la aparición de Gulp!, y este tipo de número redondo (ejem) mete un poco de miedo. Sobre todo en el que escribe, que se dispone a rememorar preguntándose cómo es posible que ya hayan pasado los veinte años en cuestión. Por si hay algún marciano leyendo esto, cabe recordar que esta onomatopéyica denominación corresponde al LP debut de un grupo surgido en La Plata con un nombre aún más extraño, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, grabado durante noviembre y diciembre de 1984 y aparecido durante los primeros meses de 1985, en una tirada limitada que sus propios integrantes llevaban personalmente a las pocas disquerías que aceptaban venderlo. Si algún otro no tan marciano -pero, quizás, muy joven-, se está preguntando qué quiero decir con eso de LP, hay que recordar que en esa época, la música venía envasada en unas piezas circulares de vinilo negro de unos treinta centímetros de diámetro llamadas long plays (en castellano, larga duración). Un nombre que a esta altura, teniendo en cuenta que albergaban unos veinte minutos por lado -sí, la música venía impresa de ambos lados, y había que darlos vuelta-, resulta poco menos que irónico, si pensamos en la duración de un CD, que es aproximadamente el doble; y ni hablar de los archivos MP3. La cuestión resulta todavía más sorprendente al recordar que los Redondos ya llevaban diez años como grupo (aunque con una formación con permanentes cambios), cuando llegaron por primera vez al disco. Una situación casi impensable hoy en día, en que no esextraño que una banda tenga material grabado aún antes de presentarse por primera vez en vivo. Pero los Redondos se tomaron su tiempo. Habían tenido oportunidad de conocer -y rechazar- los ofrecimientos de algunos productores top del momento, como Oscar López, e incluso de ingresar por primera vez a un estudio de grabación para realizar un demo con miras a una posible edición por parte de un incipiente sello independiente. Ese proyecto, dirigido por Marcelo Morano y Fernando Basabru, se proponía capitalizar buena parte del talento que brillaba en los pubs durante aquella época de fines de la dictadura y primeros años de la democracia, y aún no habían sido firmados por ninguna grabadora de las grandes. Entre ellos, Miguel Abuelo (cuyo álbum solista quedó postergado por el éxito de los Abuelos de la Nada) y el Fontova Trío, que llegó a editar su álbum debut -donde participaba Skay como invitado-, en ese sello, llamado Discos Kryptonita, que tuvo vida fugaz. Los Redondos registraron cinco temas en los ya desaparecidos estudios RCA, que tuvieron cierta difusión radial, especialmente en FMR -la FM de Radio Rivadavia-, cuyo director era el propio Marcelo Morano. Las canciones que hasta hoy no han tenido edición oficial, aunque fueron extensamente pirateadas-, eran Nene, nena, Mariposa pontiac, Un tal Brigitte Bardot, Pura suerte y Superlógico. Pero al Indio, Skay y Poli tampoco les convencían las condiciones propuestas, que implicaban entre otras cosas atarse a un contrato de varios años, y maduraron una decisión con pocos precedentes dentro del rock. Editarlo ellos mismos en producción independiente, con dinero proveniente de un pozo que iban separando de los ingresos provenientes de sus numerosas actuaciones en pubs. Justamente, para saber cómo era ese asunto de editar un disco, recurrieron a los consejos de la gente de MÍA (una agrupación que contaba en sus filas a Lito y Liliana Vitale, Alberto Muñoz y Juan Del Barrio, entre otros), quienes no sólo editaban sus discos en forma independiente, sino que tenían su propio estudio de grabación, Tubal. Hacia allí fueron los Redondos a registrar lo que sería su primer disco, con Lito Vitale en el doble papel de técnico de grabación y tecladista invitado. La formación del grupo se había estabilizado durante 1984, con el ingreso de Tito "Fargo" D'Aviero -que provenía de la Hurlingham Reggae Band, el grupo paralelo de Luca Prodan-, en guitarra (reemplazando a Rodolfo Gorosito), Willy Crook en saxo (que reemplazó al "Gonzo" Palacios, muy absorbido por sus obligaciones con Los Twist, en esa época en pleno apogeo), y "Piojo" Ábalos en batería (reemplazando a Alejandro Pensa), que se sumaron a "Semilla" Bucciarelli en bajo (que había ingresado el año anterior), y por supuesto, Skay Beilinson en guitarra y el Indio Solari en voz. Los invitados, además de Vitale, fueron Palacios en saxo -que se sumó a Crook para armar la sección de vientos- y un coro femenino integrado por "Laura, Claudia y María". Ellas eran Laura Hutton, la mujer de Gorosito, que también había integrado el grupo durante un breve período; Claudia Puyó, con quien recorrían el mismo circuito de pubs, y María Calzada, la mujer de Pipo Lernoud, director de Expreso Imaginario, la primera publicación que albergó a los Redondos en sus páginas. También aparecía Poly con el crédito de "ingeniería psíquica", frase que se utilizó para definir su rol durante aquellos años. La tapa fue realizada por Rocambole, artista que ya en esa época era casi una leyenda en La Plata, por haber sido el factótum de La Cofradía De La Flor Solar. Él y su equipo de trabajo armaron artesanalmente una por una las tapas de esa tirada inicial. "Pasamos un rodillo con tinta de grabado y aplicamos serigrafia con las letras en plasticola de color", explicaba con respecto a la técnica utilizada. La lámina interna (que no fue reproducida cuando el disco se reeditó en CD), incluía una nota del COMFER dirigida al director de una emisora de radio, comunicándole "la prohibición para los medios de radiodifusión del cantable titulado Criminal Mambo", explicando que "la letra de dicha pieza musical es de contenido grosero y burdo, además de su carencia de creatividad y sentido artístico, utilizando la obscenidad y el mal gusto como medio de entretener al público". Una buena muestra de la incesante creatividad de la dupla Beilinson-Solari, compositores de la totalidad de los temas, es que del repertorio incluido sólo había una canción, Superlógico, de las cinco que habían grabado en el demo inicial (en una versión diferente, ya que en el demo los coros correspondían a las Bay Biscuits, un grupo femenino donde participaban Viviana Tellas, Fabiana Cantilo e Isabel de Sebastián). Además, durante aquellos años que precedieron al disco, los Redondos dejaron atrás varios repertorios, la mayoría de cuyas canciones permanecen aún inéditas. El que finalmente llegó a su disco debut, era un repertorio fogueado en innumerables actuaciones en pubs como La Esquina Del Sol, Stud Free Pub, El Depósito, Látex, cuando el show comenzó a centrarse más en lo musical y el grupo -con su formación estabilizada y shows prácticamente todos los fines de semana-, se convirtió en una aceitada máquina de rockear. De los once temas incluidos, prácticamente todos han pasado a convertirse en verdaderos clásicos, y durante años, la aparición en concierto de cualquiera de ellos provocaba el delirio dentro del público ricotero. Hay uno especialmente, La bestia pop, que además de constituirse en el primer hit redondo y un auténtico himno, también inauguraría una visión sin precedentes en nuestro rock. Propulsado por un ritmo de ska en las estrofas, que se abría para dar paso en el estribillo al inolvidable "a brillar mi amor", y una melodía con cierto tinte oriental (otra característica indeleble de la música redonda) llevada por el saxo -que más adelante se convertiría en coro de estadios-, La bestia se atrevía a cuestionar el rock desde adentro, a la vez que celebrar sus glorías. La mirada era a la vez crítica y épica, una llamada de advertencia y una arenga fiestera. En realidad, esa visión ambivalente sobre el rock y su mundo ya había sido inaugurada en Nene, nena, que imaginaba una vieja estrella de rock a quien ya no le importaban sus ideales en aras de cobrar su "jubilación". Gulp! sería el inicio de una discografía impecable, que luce como un diamante solitario en la historia del rock local (y con pocos paralelos incluso en el ámbito internacional). Diez álbumes publicados en quince años (el último sería Momo sampler, en 2000) que marcan una línea evolutiva sin concesiones a través de la colaboración artística entre el Indio y Skay. Ni álbums en vivo, ni disco de covers, ni acústico de MTV, ni recopilaciones de éxitos para liquidar un contrato discográfico. Sólo jamón del medio. Nuevos álbums con nuevas canciones, siempre distintas, siempre vibrando al compás del pulso de los tiempos. Nos acostumbraron a esperar cada nuevo disco con ansiedad, deseosos de destapar esa caja de sorpresas que siempre sorprendía, comenzando desde el arte y siguiendo con cada una de sus ocurrencias líricas y musicales, que tratábamos de desentrañar como mensajes en clave, con noticias de este mundo y otros posibles. Probablemente esa sea una de las razones por las que, veinte años después, seguimos hablando de Gulp! . GULP! EXPLICADO Para hablar del disco, la mejor conmemoración de este vigésimo aniversario de Gulp! es la palabra de los propios protagonistas, especialmente teniendo en cuenta que, en años posteriores, el Indio se negaría a entrar en detalle sobre el contenido de sus canciones. Sin embargo, cuando a mediados de 1985 me reuní con el Indio, Skay y Poli para realizar una nota para la revista Cantarock, Solari inicialmente se resistió a analizar sus temas, pero terminó accediendo. Esto es lo que decía el Indio de aquel histórico primer á lbum: "El disco es consecuencia de tocar. Cuando empezamos a tener continuidad, separábamos un poco de cada actuación para un pozo que destinábamos a la grabación. La grabación la encaramos en forma independiente porque era la manera en que nos sentíamos más cómodos, y además todas las decisiones las manejamos nosotros. El disco anduvo muy bien, se agotó la tirada inicial, aunque tuvo muy poca promoción y se vende sólo en algunas disquerías. Y si bien no queremos dar una fórmula, es bueno saber que un grupo que puede venderle su disco a mil personas, ya está en condiciones de hacerlo. La elección de los temas no fue fácil, había muchísimo material. Mucha gente nos pedía el poutpurrí con los temas viejos, pero algunos de ellos ya los grabamos en un demo que fue bastante escuchado por radio. No me gusta explicar los temas, porque me fascina la lectura que hace el que lo recibe, en la recreación está el verdadero juego de todo esto. Lo que trato de hacer es que a la gente le llegue la posibilidad de recrear sensiblemente elementos poéticos que sean descriptivos de sensaciones -aún de ficción- posibles para su propia inquietud. Barbazul versus el amor letal: Es un mundo donde hay una especie de pugna entre unas mujeres actualizadísimas -con pezones radioactivos- y un dios prisión, feliz prisión. Es como que aparece la gloria de lo femenino: "sonrisas pillas, manzanas firmes". Podría ser una continuación de Superlógico, que es quizás más clara. Y también habla del límite de esa gloria, ya cuando "viejas feas como monos" manejan todo. Pero es importante decir que las canciones son pura forma -que es la música- y casi pura forma -que es la poesía-, aunque en última instancia la poesía inevitablemente dice algo, pero eso recién se completa en el caso mío, que soy también cantante con una gestualidad, que muchas veces le agrega un rasgo de ironía. Si a una frase que parece medio fascistoide le agregas un ademán medio homosexual, cambia la cosa. Ñam fi frufi fali fru-. Es más clara, habla de una relación donde la señora bebe de más, y le dice cosas. En vez de decirle papito, le dice nene sifón. Casualmente ese tipo de letras van con los rocanroles, que están asociados a cosas más directas de vida, notan de ficción. La bestia pop: Es como una joda a nosotros mismos, y al medio, pero no hay una ironía malsana, es simplemente un chiste. Y de acuerdo a como venga la noche, uno puede estar incitando a "brillar, mi amor", o eso mismo se transforma en algo irónico. Roto y mal parado: Tiene poca letra. Son frasecitas, y es la música lo que da el clima. Fierre el vitricida: Es una anécdota, aunque Pierre asegura que no rompió el vidrio. Pero más que nada, el gordo Pierre es uno de los personajes del rock en Argentina, que merecía estar en un twist. Se ha ganado un espacio, es un productor que ha estado desde los comienzos del rock, y aún sigue riendo, y tosiendo. Y de tanto en tanto, la gente sospecha que rompe algún vidrio. Unos pocos peligros sensatos: Se llamaba Golpe de suerte, pero lo tuvimos que cambiar porque Moris tenía un tema con ese nombre. Golpe de suerte es un deseo, una cosa con la que muchas veces queremos coronar todo esto, un buen deseo. Y cuando la gente lo grita, están aceptando ese deseo, y a la vez devolviéndoselo a uno. Yo no me caí del cielo: Está claro. Hay muy pocos en el rock que se han caído del cielo, pero también hay muy pocos que lo aceptan. El rock ha sido muy ambicioso, pero eso se confunde a veces con lo pretencioso. Parece ser una justificación de un tipo, un cantante de rock, que le está cantando a una chica que quiere, y le dice que a pesar de que "hay mucho olor a gato", él no se cayó del cielo, no es quién para enjuiciar esa situación. Si me seguís queriendo, no está todo tan mal. Te voy a atornillar: Habla de esa necesidad -esa pulsión- de hacerle cosas al objeto querido. "Te quiero mucho", "te espumo mucho", "te asfixio mucho", est á todo mezclado, hay un amor que es tan dañino como hermoso, y todo es exultante. Hay alguien que te dice que "te quisiera saltar", y te va "a herir un poquito más", o que "te asfixia mucho" pero "te quiero mucho". Pero no es un reclamo, ni es agresiva, sino que hay una comprensión del amor que involucra todo esto con comodidad, con naturalidad. El amor, o la pasión, o la muerte, son así , involucran todo eso junto y debemos aceptar que es así para poder disfrutarlo. El infierno está encantador: Está dedicado a la gente. La frase pivot, que resume todo lo demás, es: "voy a salvarte esta noche". Nada de papos, ninguna historia, esta noche yo te como el dolor, no sé cómo voy a hacer para quererte pero esta noche tu dolor va a desaparecer porque te quiero mucho, a tal punto de que este infierno en el que estamos viviendo está encantador, porque las cosas son así. Criminal mambo: Es un grito, al í no entra más nada. La letra está en comunión con la música, sólo repite "es un criminal mambo", que empieza susurrando y termina con un coro casi operístico. Inclusive hay una parte que es un seudo-italiano, y la gente responde mucho frente a una frase que dice algo como "sólo copio la mía lezione", y ese es un ejemplo de cómo una canción se modifica en el contacto con quienes la escuchan. Yo la enfatizo de una manera diferente al ver cómo eso resuena en la gente, ellos parecen entender que si todo es un criminal mambo, sólo copio mi propia lección, o sea, me abastezco de mis propias verdades, hago la mía.