23 oct 2008

EL SHOW

EL SHOW REDONDO EN CÓRDOBA Existe un momento en el cual, somos capaces de olvidarnos hasta de nuestra propia existencia. Un momento en el que todos nuestros sentidos están concentrados en dar y recibir, y dejamos de lado todas las miserias e impotencias, porque nos disponemos a bailar por todas nuestras penas y soledades. Ese momento llega cuando se apagan las luces del estadio y todo el mundo grita euforizado porque sabe que su palma ha dado el destino más iluminado posible. En ese instante efímero en medio del humo y de los primeros acordes de la guitarra de Skay, siempre tendremos tiempo de recordar a quienes no han podido llegar hasta allí. Tan sólo un instante después se escuchó: Hola Córdoba!, el tibio saludo del Indio para marcar el comienzo de la noche cordobesa. En realidad, intentó el clásico ¡Holaaaa! pero falló el micrófono. Para grata sorpresa de todos, el show no arrancó con la archiconocida melodía de El Pibe de los Astilleros, sino con Unos pocos peligros sensatos lo que hizo que las bandas aullaran acompañando el "... que están tachando tu suerte!!". El Pibe vino inmediatamente después, para terminar de entrar en calor la garganta y para que todos bailaran y corearan el estribillo tradicional. Al terminar el Indio hizo público su agradecimiento a Guillermo, su doctor, "quien Decadrón mediante ha permitido que hoy esté aquí en el escenario". Morta punto com inició la presentación de MOMO SAMPLER en territorio argentino, un disco cuyos temas invitan más a escuchar y maravillarse con la Orquesta Antibalas funcionando a la perfección, sin ningún tipo de fallas musicales. Todos siguieron las letras y cantaron con el Indio. ¿Cómo los recibió Cordoba? preguntó el Indio antes de arrancar con Las aventuras del Capitán Buscapina en Cybersyberia, el único tema de Último Bondi que harían en toda la noche, y en donde el Indio marcó la primera pifiada, al reiterar la estrofa "Es amo de resacas..." en lugar de la última estrofa del tema: "No es perita en dulce...". Ya había comenzado la lluvia de remeras y zapatillas hacia el escenario cuando comenzó a sonar "Una Piba con la remera de Greenpeace", en la pirmera invocación a esas mujeres desoladas tan propias del universo Solari. Le sucedió la mágica "Pool, Averna y papusa", una canción perfecta por donde se la mire, coreada por todas las huestes. La seguidilla de canciones de Momo Sampler se completó con "El templo de Momo" y "Pensando como una acelga". El primer intermedio llegó de la mano de "Rato Molhado", casi sin darnos cuenta de que ya habían pasado nueve temas. El regreso de la banda al escenario se produjo con "Vamos las bandas", que llegó sonando desde el backstage mientras los músicos aparecían en escena. Resultá tácito describir que en ese momento se encendieron todas las bengalas y el estadio se iluminó por primera vez en la noche, dando rienda suelta al pogo y al carnaval de almas. Como se ha hecho costumbre llegaron también los rockitos "Mi perro dinamita" y "Ñam fri frufi fali frú", que fueron disfrutados y cantados por todos. (Quienes escriben esto consideran que ya es hora de que estos temas abandonen el repertorio de los shows ricoteros para dar paso a otros temas mucho más densos y emblemáticos). Cuando terminaba el tema, un zapatazo voló desde las proximidades del vallado hasta la cabeza del Indio, quién con excelentes reflejos para un cincuentón, alcanzó a esquivar a medias y logró que apenas impactase unos centímetros sobre su ceja. Si el golpe hubiese sido más abajo quizás nos habríamos quedado sin show. La reacción del Indio no se hizo esperar mucho y dijo: "¿Por qué no me buscás afuera, gil?", apuntando al responsable del hecho, mientras su humor iba en descenso y se le notaba en la cara. (Más adelante volverían los zapatazos.) "La murga de Los Renegados" nos devolvió al mundo sampleado del Momo, una canción sin fisuras y atrapante. Pero nos quedamos cortos de adjetivos para describir el siguiente tema. "Sheriff" hizo añicos la noche de cristal que estábamos viviendo con su carga poética y la presión musical ensordecedora de cada uno de sus compases. Los 200.000 watts de sonido hicieron temblar al Chateau e inclusive llegaron con sus ecos hasta la ciudad. Quizás el segundo zapatazo, esta vez totalmente esquivado por Solari, arruinó un poco el clima generado y sirvió para que el Indio definitivamente se calentara y lanzara: No somos Los Violadores, gil. ¿Por qué venís al camerino a pegarme? "Murga Purga" y "Dr. Saturno" se observaron porque daba gusto ver cómo las baterías se amoldaban y la banda cumplía con su rol musical de la mejor manera. "La murga de la Virgencita" nos trajo uno de los momentos más esperados de la noche, con esa Marita tan linda e infinita como deshauciada, que llevó a que todas las personas cantaran a la par del Indio, en especial la estrofa donde canta casi a capella. "Queso Ruso" marcó la segunda despedida de la banda con el ritual de los mandarines que cuidan las puertas del nuevo cielo. La banda regresó a escena acompañanado musicalmente a la gente que durante el intervalo cantaba "Es un sentimiento...". Allí mejoró la cara el Indio y le pidió disculpas al público por su mal humor. Y el retorno a escena no pudo ser mejor. "Nadie es perfecto" nos hizo "crack" hasta el final y "Rock para los dientes" nos llevó al éxtasis, ya que hacía mucho que no sonaba en un recital. Durante ese tema pudo verse una postal de la alegría de la banda cuando Sergio Dawi improvisó el solo de saxo con su gorrito de "2Saxos2" (¿Alguien sabe qúe tan grandes son los pulmones de Sergio?), mientras el Indio abrazado con Skay desde el otro extremo del escenario lo miraban admirados y disfrutaban el momento. El pedido de ayuda para cantar "Juguetes Perdidos" hizo que se encendieran incontables bengalas creando el marco más espectacular que pueda verse en un recital de rock. Desde la tribuna podía observarse a la multitud ricotera cantando con todas las ganas ese himno-canción-homenaje a todos los ausentes que "observan siempre desde las plateas más altas". No creemos que exista artista capaz de retratar o describir la imagen de un Chateau repleto, las huestes alucinadas con brazos en alto, y la luna de fondo sobre el escenario. Una imagen que siempre encerrará una lágrima de emoción al recordar esa noche. El tercer intermedio dejó emocionadas a las bandas, que no habían alcanzado a reponerse cuando el Indio volvió a solicitar ayuda para cantar "Preso en mi ciudad", emotiva y simbólica como siempre, para terminar regalandole el micrófono a la bandas que corearon al unísono el final como se ha hecho costumbre. Antes de iniciar un nuevo tema, el Indio se acercó al borde del escenario y le hizo una seña de buena onda a quién había estado arrojandole los zapatazos. "Noticias de ayer" cerró la cuarta entrada de la banda mostrando una canción aggiornada, con muchos arreglos que sonaron MUY bien. Después de 10 minutos de interminable espera, Sergio y Skay asomaron nuevamente ejecutando el valsecito tribunero para que todos se prendieran cantando el "Y vamos... Vamos los redondos...". El anunciado final llegó sin respiro cuando Skay arrancó con los acordes de "Jijiji" para desatar el pogo más grande del mundo... allí estaba el fin esperándonos. Al terminar el tema la banda se retira agradeciendo como nunca por esa noche hermosa, con los rostros felices y la sonrisa característica de quienes han vivido un momento inolvidable. Cuando las luces del estadio se habían prendido para permitir la salida de las huestes, aparece Sergio a escena agitando su saxo en señal de que "...volvimos gracias a mí". Detrás aparece el resto de la banda y le ofrendan a la gente un tema que no podía quedar afuera: "Un ángel para tu soledad", que estaba totalmente fuera de repertorio ya que tardaron en ponerse de acuerdo y marcar el comienzo de la misma. Luego... el final. La salida transcurrió con total normalidad y cabe destacar que la municipalidad cordobesa se preocupó por poner colectivos disponibles toda la noche para llevar a los ricoteros de vuelta a la ciudad, algo que casi nunca sucede. El éxodo masivo, la eterna peregrinación emprendió el regreso feliz por haber vivido un show increíble, atípico, que en algunos momentos hizo recordar a aquel Palladium del 86. La modernidad de estos tiempos llega de la mano de Rocambole y su gente de Cybergraph, quienes se encargaron de las mórbidas animaciones que teñían las enormes pantallas a cada costado del escenario plasmando los personajes de cada tema. Sin duda, Córdoba es un buen lugar para Patricio Rey. -------------------------------------------------------------------------------- LOS TEMAS Unos pocos peligros sensatos El pibe de los astilleros Morta punto Com Capitán Buscapina Una piba con la remera de Greenpeace Pool, Averna y papusa El Templo de Momo Pensando como una acelga Rato Molhado -------------------------------------------------------------------------------- Vamos las Bandas Ñam fri frufi fali frú Mi perro Dinamita La murga de los renegados Sheriff Murga Purga Dr. Saturno La murga de la Virgencita Queso Ruso -------------------------------------------------------------------------------- Nadie es perfecto Rock para los dientes Juguetes Perdidos -------------------------------------------------------------------------------- Preso en mi ciudad Noticias de Ayer -------------------------------------------------------------------------------- Jijiji -------------------------------------------------------------------------------- Un ángel para tu soledad

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