25 sept 2008

UN TAL BRIGITTE BARDOT

"UN GRITO ENFURECIDO... UN TAL BRIGITTE BARDOT" ¿Qué relación puede existir entre un hombre, Caryl Chessman, acusado de robar y abusar sexualmente de dos mujeres en Estados Unidos, y la actriz francesa Brigitte Bardot? ¿Qué tendrán en común para que el Indio Solari los haya homogeneizado, metáforas mediante, en uno de los temas inéditos más conocidos y festejados por las huestes redondas? Chessman conoció el delito desde joven, cuando cumplió 15 años, su padre intentó suicidarse y él empezó a robar alimentos para la casa. Conocido como el ‘bandido de la luz roja’, porque llevaba una sirena policial en el techo de su auto para confundir a sus futuras víctimas en las rutas de California [1], Caryl Chessman saltó a la fama tras lograr evitar ser ejecutado a morir en la cámara de gas (había sido condenado a muerte en 1948) durante largos doce años. A los 27 años, un tribunal estadounidense lo condenó a muerte, luego de ser acusado de secuestro, robo y perversión sexual; Chessman estudió Derecho y Latín en la cárcel de San Quintín, donde permanecía detenido, y se convirtió en su propio abogado; fue el emblema de la lucha contra la pena de muerte; escribió cuatro libros y le dedicó más de diez mil horas a estudiar su caso. Eso le permitió posponer ocho citas fijadas para que sea ejecutado, a través de recursos y amparos judiciales. Caryl Chessman siempre se declaró inocente y aseguraba que “el bandido de la luz roja era un aficionado chapucero con mentalidad sexual retorcida, y no criminal profesional y frío calculador”, como él se consideraba. Sin embargo, nadie pudo prorrogar la última cita: el 2 de mayo de 1960, Caryl Chessman moría en la cámara de gas de la cárcel de San Quintín, Estados Unidos. Brigitte Bardot nació el 28 de septiembre de 1934, en París, Francia. A diferencia de Chessman, Bardot fue miembro de una familia de la alta burguesía francesa; hombres de negocio e industriales, como su padre; damas del “XVI”, el barrio elegante, con su vida mundana, fiestas de caridad, viajes a sus villas del campo o a las playas de moda. Todo un mundo especial, característico, hermético en sus costumbres, protocolos y privilegios.[2] A decir de Manuel Villegas López en “Los grandes nombres del cine”, la cover girl pasa al cine a los diecisiete años. Tiene pequeños papeles en oscuras películas, la lucha con productores que la rechazan y otras muchachas que le disputan aquellos pequeños puestos. Marc Allégret, descubridor de estrellas en su larga carrera de director, la destaca en Futures vedettes. Ese año, 1955, es su fecha decisiva. Filmando con Marc Allégret, conoce al ayudante y dialoguista de éste, un antiguo periodista y actor: Roger Vadim. Quieren casarse, la familia se opone y Brigitte intenta suicidarse con el gas. Pero, finalmente se casa con Vadim, y éste realiza, en 1956, su primer film, “Y Dios creó a la mujer”, entonces acusado de erotismo, que constituye un gran escándalo.[3] ... Son sólo partículas, extractos, es cierto... pero, de alguna forma, podemos interpretar la similitud que encuentra Solari en dos momentos particulares, de dos personas evidentemente distintas, pero con un destino similar; uno, Chessman, contra su voluntad, muere inhalando el gas letal de una prisión norteamericana, en 1960; otra, Bardot, paradójicamente, intenta suicidarse con gas y salva su vida, en 1955, dejando el legado para que Caryl Chessman, “lubricando sus branquias, respirando otra vez”, grite, enfurecido, “Un tal Brigitte Bardot”. Patricio Cermele, para MUNDO REDONDO [1] “El delincuente que fue bandera contra la pena de muerte”. Diario Clarín, 2/05/2000, página 44.[2] Villegas López, Manuel. “Los grandes nombres del cine”. Ed. Planeta, Barcelona, 1973, página 62.[3] Villegas López, Manuel. Ibídem, página 63.

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