2 nov 2008

MONUMENTALES

CHARLY GARCIA Y LOS REDONDITOS DE RICOTA SON HASTA AQUI LOS UNICOS ROCKERS ARGENTINOS CAPACES DE LLENAR DOS ESTADIOS DE RIVER Son universos paralelos con descendencia propia. Sus carreras se cruzaron sólo una vez y nunca más. Fue en 1984. Charly quiso producirlos y ellos se negaron. Escandaloso uno, misterioso el otro, los dos Carlos (García y Solari) son, a los 50, modelos de libertad individual. "NO VOY EN TREN, VOY EN AVIÓN" CHARLY GARCÍA "¿HAY ALGO MÁS INDEPENDIENTE QUE SAY NO MORE?" Tus apariciones públicas son casi constantes, diste una conferencia de prensa en tu casa y hasta el famoso salto está filmado. Demasiado ego, okey... ¿No estás harto de verte así? No, siempre me gusta cuando hablan de mi persona o de la gente que quiero. Pero lo demás es folclore, y muchas veces útil. Lo que aporta es una pimienta, una sal, que mejora el sabor del plato principal que es la música. A mí me gustaba leer esas cosas jodidas, hasta morbosas, de los Beatles, por ejemplo. Siempre reclamás para vos el número uno histórico. ¿Te sentís corrido por los Redondos en tu popularidad? Reconozco que si fuera otro el que llena River sí me daría celos, porque soy muy celoso. Pero lo mío y lo de ellos son universos paralelos. No competimos, jamás competimos… Las formas de encarar las cosas son tan diferentes. Me molestaría si ellos hubieran seguido un patrón mío, pero ellos no me robaron nada. Les deseo suerte. Hace 25 años, Sui Generis se despidió en el Luna Park inaugurando la escala masiva para el rock argentino. ¿Lo sentís como una marca tuya? No soy inocente en ese asunto. Yo la primera vez que vi un Luna Park lleno fue cuando toqué ahí con Nito. Y en ese momento los recitales fueron ignorados, eso no salió en ningún lado. Era algo todavía marginal, y muchos pibes se jugaban la libertad. Desde entonces siempre me hice cargo de la gente que me viene a ver. Soy un agitador social, pero responsable. Me siento responsable por los fans... Los Redondos exhiben como un triunfo haber llegado a esta instancia, haciéndolo todo por ellos mismos. Vos, que llegaste por el camino contrario, ¿que valor le das a la “independencia”? Yo soy independiente. ¿Hay algo más independiente que Say No More? Siempre traté de no perder control sobre las tapas de mis discos, que la cosa no se transformara. Algunos creen que lo de ellos es la música y nada más. Y otros necesitan tenerlo todo controlado. Acá, lo ideal es vivir tranquilo… si eso lo lográs estando solo o con diez tipos alrededor es lo mismo. 75- En el Luna, Charly y NIto despiden a Sui Generis que ya es el grupo más popular del rock argentino (Récord: 25.000 fans). Charly se perfila como nuestro músico de rock más importante. Su nombre, una marca. 82- En Obras, se separan los llamados “Beatles argentinos”, Serú Girán. A punto de debutar como solista, Charly participa del oficialista Festival de Solidaridad Latinoamericana a beneficio de los soldados de Malvinas. 92- En dos estadios de River, la reunión de Serú Girán convocan a 120. 000 personas: récord. Editan un disco mediocre y Charly, que toca el himno nacional para un desfile de modas, es tapa de Clarín por primera vez. 99- Charly toca viejos hits en exclusiva para el Presidente Menem en la quinta de Olivos. A la vez, se vuelve noticia permanente: por su discusión con las Madres y por noviar “violentamente” con una menor. Y el salto. "YO VOY EN TRENES, NO TENGO DONDE IR" INDIO SOLARI "NO ME INTERESA QUE USE LA VIDA COMO JUSTIFICACIÓN DE LA OBRA" ¿Cuánta convicción hay detrás de tanto hermetismo? Es parte de una formación, de que vos ya viste lo que les pasó a otros, viste cómo opera esa obediencia a ese personaje público que vos creás... por la necesidad de miles de personas, te hacés cargo de él hasta que te cuesta la vida. ¿No te alienta conocer detalles personales de otros pares? No, al contrario. El anecdotario de alguien, esa serie de malentendidos que hay en torno a las figuras públicas, poco tiene que ver con la obra. No me interesa el artista existencial. Me interesa el poder de conmoción. Creo que es lo que me diferencia. No me interesa que se use la vida como justificación de la obra. No me interesan las biografías. Prefiero esa imaginería popular que lo diseña a uno de una manera demente, que nada tiene que ver con la realidad. Cuando uno compite por el personaje público, la está cagando. Por más que te tires de un noveno piso o hagas lo que quieras. Y a vos, ¿hasta cuánto te afecta tu popularidad? Debo decir que no padezco el hecho de no andar por la calle. Extrañaría la bohemia, sí, si fuera como la de hace quince o veinte años… Acordate que acá el éxito del rock fue en las Malvinas. Hasta eso: bienvenido seas si te gusta estar en minoría. ¿Tienen un placer extra por haber logrado alcanzar esta escala de popularidad de manera independiente? Estamos sí orgullosos del hecho de que, bueno, la producción independiente al menos avizora que es posible. A mí me interesan las producciones independientes. Siempre, aun en el cine, rescato las producciones independientes; siempre tienen un punto de vista que no está filtrado por toda la burocracia de las corporaciones. ¿No creés que tipos como García o Spinetta son independientes en las decisiones musicales que toman? No sé lo que les cuesta a García o a Spinetta generar su música, no sé si tienen la comodidad que tenemos nosotros, si les gusta que una compañía con la que firmaron haga un compilado con sus temas y haga una gadorcha. Eso genera un estado de ánimo que tal vez pueda reflejarse en la música y a mí no me interesa lo que le pasa a nadie, a mí me interesa la obra. 75- En el teatrito Lozano de La Plata, se producen los “Lozanazos”, happenings de un mito local, los Redondos. Cada uno de los dos shows anuales es como un carnaval para 200 hippies que devoran buñelos… de ricota. 82- En el club Excursionistas, al aire libre, los Redondos se presentan en un festival por primera y única vez (¡junto a Los Abuelos y Lerner!). La causa: recaudar fondos para la revista de Jorge Pistocchi, Pan Caliente. 92- Con shows en Lanús (uno prohibido en Florencio Varela), en Racing y en el Centro Municipal de Exposiciones comienza la diáspora redonda. Un año atrás, a la salida de un show en Obras, muere el fan Walter Bulacio. 99- A mitad de año, “las bandas” peregrinan hacia Mardel, donde se producirán ya clásicos “disturbios con balas de goma”. Los Redondos llenan dos Racing repletos presentando su revolucionario Ultimo bondi a Finisterre. EL DIA EN QUE CHOCARON LOS PLANETAS Año: 1984. Lugar: pub La Esquina del Sol, Gurruchaga y Guatemala, barrio de Palermo. Desde atrás de la barra, Charly García se acerca a La Negra Poli, Skay y El Indio, entre otros personajes ricoteros de aquella época, que enfilaban para el camarín. El les dice que le gustan los shows y les propone producirlos. Ellos, cortesmente, se niegan. Así lo recuerda García hoy: “Fue algo muy espontáneo. Yo les ofrecí sumarlos a las producciones que estaba empezando con Los Twist, y me contestaron que habían empezado a hacerlo solos.” Poli, manager del grupo, recuerda hoy el episodio pero le agrega una dosis de vehemencia: “Jamás volvimos a vernos”. Aquel contacto breve, trasnochado, under, es el único encuentro físico entre los artistas más convocantes del rock argentino. El fin de semana redondo en River Plate indica que los Redondos destronaron a García estableciendo un nuevo record, ese monumental récord que hasta hoy estaba en manos de Charly García al frente del regreso de Serú Girán en 1992. Mucho más allá de esta escala numérica, la distancia que separa a Charly, el solista más popular del rock nacional, y los Redondos, la banda símbolo que emergió de la cultura "under” casi de espaldas a la historia oficial y sus instituciones, permite pensarlos como modelos opuestos de conducta como referentes masivos. De hecho, aunque los números de DNI de los tocayos Carlos Alberto García Moreno y Carlos Solari sean generacionalmente idénticos, las personalidades públicas de Charly y El Indio no pudieron ser más diferentes. Este mismo año, Charly llevó a un límite insuperable sus apariciones en la pantalla de tevé: un camarógrafo del canal 7 de Mendoza llegó a apretar “Rec” y registró los cinco segundos exactos que duró su famoso "salto mortal". Días después, bajo su alter ego desbocado Say No More, convocó una conferencia en su propia casa de la que ya conocemos la "expo aerosol" en las paredes y hasta la privacidad de la cama. Encerrado, literalmente, en su búnker de zona Oeste, el Indio se planta en el cuidado celoso, casi histérico, de esa intimidad que agiganta el mito. Ahí donde García aprovecha cada aparición para mostrarse en su rol de EL zarpado, Solari se deja oír (como en su reciente entrevista radial) como el hombre reflexivo y profundo que contrasta frente al descontrol que sobrevuela los shows de los Redondos. Demasiado ego, títuló García a su último disco. Vean que decía el mismísimo Patricio Rey en 1979, en su primera aparición pública (un reportaje publicado en la revista Expreso Imaginario): “Para mí es fundamental combatir el ego”. Por la misma época, en el afiche de su primer show porteño, ironizaban sobre la figura del manager representada en Oscar López, quien, junto con Grinbank y Ohanian, concentraba los artistas más importantes del rock y con los que el propio García sostuvo históricas relaciones conflictivas. Sus relaciones con el poder también son de alto contraste. Por circunstancias muy diversas, Charly terminó ocupando posiciones oficialistas: tocó en aquel Festival por la Paz y la Solidaridad Latinoamericana organizado en plena Guerra de las Malvinas, fue la figura convocante de la Gira/Campaña Angeloz 1989 y llegó a grabar un disco en vivo en la quinta de Olivos. Los Redondos, como siempre, eligieron el camino de la prescindencia: juran que hasta les ofrecieron departamentos por presentarse en shows políticos. El planeta Charly y el planeta Redondos son tan paradigmáticos que marcaron descendencia. En el Olimpo de solistas, Charly iluminó las carreras de Fito Páez y Andrés Calamaro, quienes nada casualmente hicieron teclados en las numerosas formaciones que lo acompañaron. Los redondos a partir del slogan místico “la tribu de mi calle”, plantaron el patrón rockero a partir del cual La Renga y Los Piojos devinieron en bandas de máxima convocatoria. En los últimos años, la ignorancia mutua, dio paso a un escalada verbal, a veces no tan respetuosa. Charly cuestionando la seguridad de los Redondos, haciéndose eco de Juanse (“Redondos, ¡toquen rock!”). El Indio, elogiando a Calamaro justo en el momento de su máximo encono personal con García. El último intento de acercamiento provino, otra vez, de García, quien invitó formalmente a Skay a tocar los solos del tema “El aguante” en un recital en La Plata. Las risas de Poli del otro lado del teléfono fueron toda la respuesta. Al fin, habrá que concederles a ambos el máximo valor en común: ya en sus cincuenta, se sostienen ante sus fans adolescentes como estrellas rockeras en busca del máximo de libertad posible. Ernesto Martelli

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